Los casos se conocieron cuando una comunidad reclamó asistencia para que una mujer originaria pudiera regresar desde la ciudad de Salta con el cuerpo de su bebé, fallecido cuando era atendido en el Hospital Materno Infantil.
Un bebé de seis meses falleció ayer en el Hospital Materno Infantil. Era oriundo de la comunidad toba (qom) La Merced, en el municipio de Santa Victoria Este, ubicado en el extremo noreste de la provincia de Salta.
Se pudo conocer que si bien el niño nació con problemas genéticos, su deceso habría sobrevino luego de padecer una insuficiencia respiratoria. Por otro lado, otro dato que habla de la complejidad del trato con personas integrantes de pueblos originarios, ayer había surgido una complicación al momento de extender el certificado de defunción porque en el acta de nacimiento el nene había sido anotado como nena, aunque era varón.
El gerente del Hospital de Santa Victoria Este, Ariel Sosa, contó a Salta/12 que si bien la familia era de La Merced, el padre y la madre habían estado primero en Misión La Paz y luego en La Gracia (de donde era el papá del niño), dos comunidades afectadas por las últimas inundaciones provocadas por el desborde del río Pilcomayo.
El gerente afirmó que hace tres semanas, un día que no pudo precisar, el agente sanitario fue convocado a las 2 de la madrugada por la situación que presentaba el bebé. Recién a las 3 lo pudo trasladar “porque la mamá no quería salir”, pese a la insistencia del agente para llevarlo al Hospital. Suele suceder que las mujeres indígenas se resistan a llevar a sus hijos a los centros sanitarios porque por experiencia saben que en muchos casos los niños retornan muertos a sus hogares.
Ante el estado de salud del niño, en Santa Victoria Este se decidió trasladarlo a Tartagal, para que fuera atendido en el Hospital Juan Domingo Perón, el centro médico complejo más cercano. Pero al ver el cuadro, lo derivaron directamente al Hospital Materno Infantil en la ciudad de Salta (a más de 500 kilómetros de Santa Victoria Este), donde fue atendido pero no pudieron salvarle la vida.
Los otros tres decesos fueron en los primeros días de enero y antes de que lleguen las inundaciones, dijo Sosa.
En todos los casos se trató de niños que llegaron deshidratados a los servicios de atención de salud.
Uno de los nenes había sido atendido y dado de alta en Tartagal. “La madre se quedó en casa de un familiar y se volvió en colectivo”. Pero ya en su comunidad lo vio mal y lo llevó al puesto sanitario. “Allí el enfermero lo quería trasladar, pero la madre se resistió y el niño falleció”, relató el gerente Ariel Sosa.
Dijo que en este caso el niño había sido trasladado con antelación a Tartagal porque estaba deshidratado y anémico. “Suponemos que pudo haber sido un virus intrahospitalario” lo que terminó afectándolo después, especuló.
Añadió que los otros dos niños fallecidos llegaron deshidratados desde la comunidad Santa María.
Cuando comenzaron las inundaciones “comenzamos a sacar a la gente para no tener complicaciones. Y veníamos bien”, afirmó el gerente hospitalario, quien resaltó que el del último bebé fallecido es el primer deceso en el territorio tras las complicaciones que trajeron las inundaciones.
Recordó que se trabajó con vigilancia epidemiológica durante el año pasado por el brote de hepatitis. “La vigilancia sigue hasta octubre”, afirmó.
Mientras, en el territorio “esta haciendo frío y estamos muy atentos afianzando el tema de la vacunación y los certificados médicos en las escuelas junto a Atención Primaria de la Salud (APS) y enfermería”, agregó.
La principal vacunación es para prevenir el virus sincitial respiratorio (VSR), “dado que en 2023 hubo varios decesos por este tema”. El fallecimiento de ayer por esta aparente causa “es el primero que tenemos en esta época”, dijo. Sosa afirmó que durante las inundaciones y debido a la mala condición de los caminos, se decidió trasladar a embarazadas y niños con patologías a lugares donde podían recibir atención inmediata.
Todas estas poblaciones desperdigadas en el amplio territorio del municipio de Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia, se caracterizan por un acceso limitado a los servicios esenciales, como el agua segura, y una alimentación adecuada. El departamento Rivadavia tiene uno de los más altos índices de NBI del país.