Es tiempo de fe, de buenas obras y de ayuda al prójimo.
Desde hace seis años la familia Álvarez, de barrio San Carlos, recibe a los peregrinos en su puesto ubicado sobre la ruta nacional 68 y les ofrecen sándwiches, frutas, golosinas y agua. ”A pesar de los dolores que nos pasan en la vida, la fe todavía nos tiene de pie. Esto nos renueva el corazón”, espresó Celeste Álvarez.