Ya pasaron muchos días del conflicto que enfrenta el país vecino, ¿pero realmente conocemos de fondo què hay detrás de esta batalla campal?
El avance tecnológico en Bolivia con reconocimiento de internacionales en robótica y otros temas vinculados a la ciencia, la evolución de la educación, el autosustento, no tener deuda externa, haber mejorado sus salarios, fueron las causas que motivaron la deposición y los atentados contra el presidente Evo Morales que lo condujeron a la renuncia para evitar una masacre.
La razón de fondo más seria que nadie tocó es ésta: Bolivia potencia atómica
En un discurso que dio el 13 de julio en la ciudad boliviana de El Alto, el vicepresidente Álvaro García Linera declaró que el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear que está construyendo en esa ciudad la agencia de energía atómica rusa, Rosatom, representa el “futuro del país… seremos humildes, pero somos muy inteligentes”. Con este nuevo centro, que se espera esté terminado para el año 2021, García Linera subrayó que “se siembra el desarrollo de Bolivia hacia el siglo 21, el siglo 22 y el siglo 23. ¡Nunca más vamos a ser los últimos, vamos a ser los primeros!”.
El vicepresidente continuó explicando los muchos beneficios que traerá el nuevo centro en áreas como la salud, la industria, la ciencia y la tecnología, además de la posibilidad de entrenar profesionales para la investigación en varios aspectos de la energía nuclear. Según la Agencia Boliviana de Información (ABI) del 13 de julio, García Linera también recalcó la importancia de desarrollar la investigación sobre la energía de fusión:
“También va haber un grupo de científicos que va estudiar el átomo, la composición, ya hemos pedido a Rusia, ya le hemos pedido a Francia. Queremos ser copartícipes de los estudios de la energía eléctrica de fusión nuclear, para que de aquí a 20, a 30 años nos estemos codeando con rusos, argentinos, franceses (…), esto es el uso pacífico de la energía nuclear para la agricultura, para el cuerpo, para la energía”.
Esta orientación sorprendentemente optimista y definida por el futuro ha caracterizado al gobierno del Presidente Evo Morales, quien ha estado en el cargo desde el 2006, y bajo su liderato Bolivia se está transformando de ser el país más pobre de Suramérica, a ser uno de los países de la región que está creciendo más rápidamente, trabajando muy estrechamente con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, y con Rusia, en varios proyectos de tecnología avanzada y de infraestructura.
De hecho, Morales se reunió el 11 de julio con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Moscú y entonces Putin destacó la calidad “única” del centro nuclear que se está construyendo, dado que estará ubicado a 4,150 metros por encima del nivel de mar (13,615 pies), y dijo:
“El centro estará dedicado a la investigación pacífica de la energía nuclear; su aplicación abarcará varios sectores de la industria, la geología, la medicina y la agricultura. Hasta ahora no se conoce que se haya puesto en práctica otra experiencia similar en el mundo”.
Bolivia está dejando sorprendidos a todos en Suramérica y en el mundo, porque están decididos a superar el hecho de haber sido por décadas la nación más pobre de Suramérica, para saltar a un futuro de tecnología avanzada. Nada resume mejor esta perspectiva que el corto video de 60 segundos que difundió el gobierno boliviano el día que Morales se reunía con Putin, y que termina diciendo con orgullo: “Un pueblo milenario con tecnología de avanzada es invencible”, en referencia a la antigua civilización de Bolivia. El video anuncia que:
“…Nacionalizamos, industrializamos, crecimos como nunca en la historia, y ahora es el momento del gran salto tecnológico con el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear”.
En el caso de Bolivia, China es a la vez un modelo y un socio en la lucha que Bolivia lleva a cabo para derrotar a la pobreza. Un ejemplo concreto de esto es lo que puede llamarse el “Modelo Mutún”. Esto se refiere al acuerdo al que llegaron China y Bolivia en el 2017 para desarrollar los enormes depósitos de hierro (y manganeso) en Mutún, en la esquina suroriental del país. El acuerdo consiste de manera destacada, entre otras cosas, el proceso de transformación aguas abajo del mineral de hierro, y el establecimiento de la primera planta siderúrgica del país. Bolivia siempre ha soñado con poder utilizar su gran cantidad de recursos naturales para promover su propio desarrollo industrial avanzado, pero por décadas, los intereses financieros internacionales dominantes se han opuesto a esto. Ahora, con la participación de China, esto se hará realidad.
Con las ampliaciones de las cooperaciones en aspectos como la capacidad productiva, minería y energía, infraestructura, la promoción en los proyectos importantes como carreteras, aeropuertos, ferrocarriles y centrales hidroeléctricas, y las colaboraciones e intercambios en aspectos como el aeroespacial, las telecomunicaciones, la ciencia y la tecnología, y la protección del medioambiente, se impulsará el desarrollo de la industrialización boliviana, se incrementará el valor añadido de los productos bolivianos y fomentará la capacidad de desarrollo autónomo”.
En particular, el embajador Liang citó el contrato firmado por la compañía china Sinosteel Equipmente and Engineering Co., para construir un complejo siderúrgico cerca de Mutún. Sinosteel está contratada para construir un complejo siderúrgico, una planta de peletizado, una planta de reducción directa, y una siderúrgica con una colada continua y un tren de laminado, de tal manera que Bolivia pueda alcanzar en lo posible ser autosuficiente en hierro esponjoso, acero estructural, y “productos largos” (barras, varillas, vigas y rieles de ferrocarril).
El embajador Liang calificó correctamente al proyecto del complejo siderúrgico del Mutún como “un firme paso agigantado para la industrialización de Bolivia”. Eventualmente, Bolivia llegará a ser un exportador de acero, luego de que se termine la segunda fase del proyecto, con la construcción de las necesarias capacidades logísticas para exportar (infraestructura de carreteras, puentes, ferrocarriles y puertos).
En cuanto a la pobreza, Bolivia ha sido históricamente el país más pobre de Suramérica, compitiendo con Honduras por el segundo lugar como país más pobre en toda Latinoamérica y la región del Caribe. Haití sigue siendo, por mucho, la nación más pobre de todas.
El Presidente Morales tuvo una plática con Sputnik el jueves 4 de julio, una semana antes de su visita de Estado a Rusia, en donde le dijo:
“Hemos podido reducir la pobreza del 38.2% en 2005 al 15% en 2019. Estamos muy alentados. Ahora tenemos un plan con rumbo al bicentenario, en 2025. Quisiéramos estar con menos del 5% de extrema pobreza”.
“La felicidad para mí es el vivir bien. Y mi enorme satisfacción es haber convertido a más de dos millones de bolivianos en clase media. Ese es el resultado de la gestión. Eso nos alienta bastante para seguir con los programas sociales para el bien de la humanidad… Bolivia, de acá a 15 o 20 años, va a ser una potencia económicamente. Quisiera que nuestro país, con nuestros [empresarios] privados bolivianos, o como Estado, esté invirtiendo en el país, compartiendo lo poco que tenemos para el bien de la humanidad”.