El hígado ayuda al cuerpo a eliminar toxinas, almacenar nutrientes y a digerir grasas. Es como el laboratorio de nuestro organismo, ya que depura la sangre y ayuda a eliminar sustancias químicas nocivas y bacterias, crea la bilis que descompone las grasas, almacena diferentes nutrientes esenciales (vitaminas, minerales y azúcares), metaboliza las grasas, proteínas e hidratos de carbono, es útil en la asimilación de vitaminas liposolubles y puede contener hasta un 10% de la sangre total del cuerpo.
Junto al hígado trabaja la vesícula biliar, cuya principal función es la de producir la bilis, que sirve a su vez para la digestión de las grasas. Nuestros hábitos alimenticios y de salud pueden influir en el hígado tanto de manera positiva como de forma muy negativa. La acumulación de elementos tóxicos hace recomendable la detoxificación hepática de forma natural al menos una vez al año.
Cómo desintoxicar el hígado
Como primer paso, es fundamental y muy importante dejar de continuar produciendo intoxicación hepática, evitando aquellas sustancias que contribuyen a acumular los tóxicos que perjudican gravemente la salud de nuestro hígado. Los más importantes son las bebidas alcohólicas, el café y el tabaco. Además, tampoco debemos olvidarnos de diferentes drogas, aguas con altos contenidos en nitratos y otras sustancias, productos tóxicos como aerosoles y gases así como aditivos alimentarios.
La dieta también tiene una gran influencia en la intoxicación del hígado, de manera que es necesario evitar el consumo excesivo de carnes rojas, estimulantes como el café y bebidas con cafeína, y los alimentos muy ricos tanto en azúcares como en grasas (bollería industrial, chucherías, comida basura etc..).
El objetivo es reducir al máximo el nivel de toxicidad en el órgano, lo que se consigue eliminando previamente la aportación de tóxicos externos y ayudando a los diferentes órganos emuntorios a llevar a cabo su función de la eliminación de toxinas.