El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de confirmar uno de los préstamos más grandes de su historia reciente a Argentina: USD 20.000 millones bajo la Línea de Facilidades Extendidas (EFF). Sin embargo, detrás del anuncio triunfalista, hay más preguntas que respuestas. ¿A qué precio aceptó el gobierno este salvavidas financiero?
Un acuerdo envuelto en secretismo
El comunicado oficial del FMI fue escueto y ambiguo. Confirmó el monto, los 48 meses de gracia y que el préstamo equivale al 479% de la cuota argentina en el organismo. Pero no dijo ni una palabra sobre las tasas de interés, el cronograma de desembolsos o las exigencias de ajuste.
Fuentes cercanas a la negociación revelaron a este medio que el FMI exige reformas laborales y jubilatorias profundas, además de un plan agresivo de acumulación de reservas. A cambio, estarían dispuestos a adelantar USD 12.000 millones (el 60% del total).
Caputo, el ministro “fantasma” en la negociación
Lo más sospechoso: el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, fue desplazado de las tratativas finales. Según informes exclusivos, el FMI lo considera “tóxico” por su fracaso en el gobierno de Macri. En su lugar, negoció el chileno José Luis Daza, un técnico sin peso político. ¿Fue una imposición del Fondo?
La gran contradicción de Milei
El presidente Javier Milei se jactó de no negociar con el FMI, pero ahora acepta un préstamo que podría incluir una maxidevaluación. Si se implementa el régimen de bandas cambiarias (entre 1.300y1.700 por dólar), sería un terremoto político, ya que el oficialismo se burló por meses de quienes lo advertían.
¿Qué viene ahora?
El Directorio del FMI votará el acuerdo “en los próximos días”, pero el gobierno sigue sin explicar qué sacrificios implicará para los argentinos. Mientras el oficialismo celebra el desembolso, los mercados desconfían y la gente teme otro ajuste.
La pregunta que nadie responde: ¿Este préstamo salva a la economía… o la hunde más?