A fines de septiembre tendrá lugar el último objetivo de superávit comprometido ante el organismo hasta que se negocie un programa nuevo. El equipo económico y el Fondo retomarán el ida y vuelta técnico en las próximas semanas
Las próximas tres semanas serán decisivas para la parte final del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional, el Extended Fund Facility (EFF) que comenzó en marzo de 2022 y que atraviesa sus últimos meses de duración, ante la expectativa de una negociación, todavía inexistente, hacia un programa nuevo.
El último día de septiembre marcará la última meta de superávit fiscal a la que se comprometió la Argentina y el Gobierno buscará quedar en zona de cumplimiento en un mes que será más complejo para las cuentas públicas por un efecto doble que actúa en direcciones opuestas: la baja del impuesto PAIS hará resentir una recaudación tributaria que ya en agosto mostró señales de debilidad; y un crecimiento de los ingresos por medidas como la recomposición de Ganancias o la moratoria impositiva.
Por lo pronto, el Gobierno sostuvo en agosto el ritmo del ajuste fiscal, aunque en una magnitud algo más leve que en los últimos meses. Así lo reflejó un trabajo de la consultora Analytica, que observó los datos del presupuesto abierto para medir cuál fue el ritmo de recortes en el gasto público. “En agosto, el gasto primario real devengado tuvo una caída del 25,9% interanual. Considerando los primeros ocho meses, la contracción en términos reales fue del 30,4% comparado con igual período del año pasado”, mencionaron.
El mes anterior el ritmo de ajuste fiscal había sido de 27% y de 33% en junio. Los puntos más marcados en lo que va del año fueron el 39% de reducción de gasto en marzo y en el otro extremo, un 22% de caída en abril.
“Entre las partidas devengadas con mayores ajustes reales respecto a agosto 2023 figuran las transferencias a provincias (-67,8%), la obra pública (-63,3%) y el gasto en programas sociales (-54,5%). Por otro lado, se destaca el aumento del 24% interanual en el gasto en asignaciones familiares y AUH”, aseguraron desde Analytica.
Agosto fue el último mes en que el Gobierno contó con el impuesto PAIS con una alícuota de 17,5 por ciento. Coincidió con un mes de debilidad recaudatoria, que según la consultora 1816 con datos de AFIP implicó una contracción de los ingresos al fisco de 13,7% en términos reales.
Un informe de la Alyc Buenos Aires Valores mencionó que “es esperable que el recorte en la alícuota del impuesto suponga una reducción de $0,3 billones mensuales, o una disminución de 2,5% en la recaudación mensual, lo que puede ser parcialmente compensado por un incremento en los pagos de importaciones de los meses venideros”, matizó.
Por otra parte, en un reporte a clientes aseguraron que septiembre podría implicar un mes “desafiante” para el Gobierno, pero no por cuestiones de cumplimiento fiscal sino por la deuda en pesos. “Desde el frente fiscal, debe lograr un roll over de deuda por $14 billones, siendo que en los dos meses próximos ya cuenta con compromisos por $5 billones y $7,8 billones (octubre y noviembre, respectivamente)”.
“En la estrategia oficial resulta fundamental captar esta liquidez para evitar presiones sobre los dólares financieros que redunden en una mayor pérdida de reservas. No visualizamos mayores complejidades en la renovación de la deuda, aunque habrá que estar atentos a los ofrecimientos que haga el Tesoro para captar el flujo”, concluyeron.
La última meta con el Fondo
El camino del EFF llega a su fin en las próximas semanas, ya que tendrá lugar la última fecha de corte de objetivos de reservas, fiscales y de emisión monetaria del programa que comenzó en 2022 bajo el gobierno de Alberto Fernández y fue continuado, en este último año de vigencia, por el de Javier Milei.
Las metas de acumulación de divisas en el Banco Central y de superávit fiscal serán las más observadas, ya que el objetivo monetario, que implicaba un límite en el financiamiento del Tesoro a través del BCRA, fue cumplido por haber cortado el Poder Ejecutivo a cero esa vía de expansión monetaria.
Según un relevamiento de la consultora PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, a fin de junio el sector público había alcanzado un superávit primario, antes del pago de intereses de deuda -que es el número que toma en consideración el FMI- de $6,9 billones. La meta para esa fecha de corte era de $4,6 billones.
Con el último dato disponible, a julio, el excedente primario de $7,8 billones quedó bien por encima de esa pauta prevista en el programa. Ese número es el que será observado en el ida y vuelta técnico que, se espera, arranque en las próximas semanas, tras el receso de verano en los Estados Unidos que interrumpió la actividad en los organismos internacionales. Esas conversaciones podrían canalizar un desembolso, el anteúltimo de este programa, por USD 540 millones.
Pero a fin de mes finalizará entonces el esquema de metas. La de reservas, tal como reflejó Infobae, le requerirá un esfuerzo extra de acopio de dólares al Banco Central. La fiscal tiene mejor perfil, ya que con los datos hasta julio el nivel de superávit primario, antes del pago de intereses de deuda y que es el número que tomará en consideración el FMI, está $167.000 millones por encima de la meta de septiembre.
La puesta en marcha de otros objetivos entre el Gobierno y el Fondo dependerá, desde ese momento, en los resultados de la negociación que fue anunciada pero aún no iniciada entre Buenos Aires y Washington. El Poder Ejecutivo parece actuar con poco apuro para cerrar un programa nuevo, pero se estima que tras otros temas en la agenda del directorio, el staff podría volver a posar la atención sobre la Argentina de cara a, si prosperara la conversación, su programa número 23.