Renunció Posse. Francos entró tropezando con sus declaraciones iniciales como jefe de Gabinete. Cúneo Libarona y Mondino están al borde del despido. Mario Russo está de salida en la secretaría de Salud. Caputo se siente jaqueado en privado por la inminente designación como ministro de Sturzenegger, a pesar que el presidente lo elogie públicamente.
Hasta la ministra a la que Milei jamás despediría, Sandra Pettovello, insiste en su deseo de dar un paso al costado, pendiendo su cabeza la espada de Damocles de una sanción de la Justicia Penal por su cruel desempeño en el ministerio de Capital Humano. Más de treinta funcionarios de alto nivel ya renunciaron o fueron desplazados en apenas seis meses. Mientras que Javier Milei vuelve a viajar para promocionar su figura, su gobierno se cae a pedazos.
La economía está destruida. 275 mil cuentas sueldo fueron cerradas en los primeros tres meses de gobierno. Un asesor muy próximo a Milei reconoció que el salario perderá el 65 por ciento de su capacidad de compra este año. El dólar se dispara y el gobierno tuvo que salir a vender divisas para hacerlo retroceder, aunque a una cotización muy superior a la que tenía antes de la corrida de la semana anterior. El campo no liquida y la ausencia de dólares se nota: quiere forzar una nueva devaluación que, seguramente, sería el epitafio para la actual gestión, ya que la inflación, contenida a costa de postergar o anular pagos y de vaciar la mesa y el futuro de los argentinos volvería a dispararse. Caputo aumentó las naftas después de haber cancelado el incremento previsto unos días atrás. Los inversores externos que vinieron a aprovechar la bicicleta del dólar barato compran divisas y se retiran del mercado.
Mientras tanto, el gobierno apeló la sentencia judicial que lo obligaba a distribuir la comida que dejaba descomponerse en galpones del ministerio de Capital Humano, adquirida por la administración de Alberto Fernández, y no se preocupa por abastecer los comedores populares que registran una multiplicación de la demanda para acceder a un plato de comida.
Los despropósitos de la gestión se traducen en números: evitó invertir 12 millones de dólares para terminar el gasoducto, y ahora deberá pagar 500 millones en efectivo para garantizar el aprovisionamiento de gas. Ya condicionó el aprovisionamiento de industrias para evitar que el fluido falte en los hogares, pero con esto no alcanza.
A esto se suman las declaraciones irracionales del tándem Milei – Mondino sobre China, que lo obligarán a afrontar el pago de uno de los Swap concedidos oportunamente, por más de 5.000 millones de dólares. Para peor, las heladas han afectado sensiblemente la producción de alimentos, por lo que es de esperar una nueva suba en sus precios. A este conjunto de descalabros –y otros muchos más- se agrega la caída significativa de la imagen de Milei y de su gobierno en las últimas encuestas publicadas, sobre todo en las cualitativas.
Los argumentos fantasiosos del gobierno ya no convencen a nadie. El arzobispo porteño lo destruyó en su homilía del 25 de mayo. Misiones, Corrientes y Mendoza están colapsadas. La bonaerense se sumará a los reclamos este miércoles. Ni siquiera regalando las entradas y arriando asistentes en micros y retribuyendo su participación, Javier Milei consiguió llenar el Luna Park. En su celebración de la fecha patria en Córdoba, moviendo el aparato político, apenas sí consiguió reunir a un tercio de la asistencia que lo acompañó, de manera espontánea, en su cierre de campaña.
Probablemente consiga aprobar la ley Bases, pero con un contenido muy recortado respecto del enviado, tras cumplir el récord de seis meses de gestión sin poder aprobar ningún proyecto propio. El rey no sólo está desnudo: también se está quedando solo y abandonado.
