Desde que Mahsa Amini, la joven kurda iraní de 22 años fuera detenida y asesinada el pasado 16 de septiembre en la capital por incumplir el estricto código de vestimenta, continuan los enfrentamientos, así como el respaldo de mujeres de distintas partes del mundo.
Si bien las autoridades impusieron restricciones de acceso a Internet para impedir las reuniones y la difusión de imágenes de la represión, los manifestantes han adoptado nuevas técnicas para hacer llegar sus mensajes. “Ya no tenemos miedo. Lucharemos”, decía un gran cartel colocado en un paso elevado de la autopista de Modares, que atraviesa el centro de Teherán, según imágenes verificadas por la agencia de noticias AFP.
Según la ONG Hengaw, también tuvieron lugar “huelgas masivas” en Saqqez, Sanandaj y Divandarreh, en el Kurdistán; y en Mahabad, en el oeste del país.
Raisi, que en julio llamó a la movilización de todas las instituciones del Estado para hacer cumplir las normas sobre el velo islámico, hizo un llamamiento a la unidad.
“Pese a todos los esfuerzos de los que nos desean el mal, el pueblo fuerte y trabajador del Irán islámico superará los problemas que se avecinan con unidad y cohesión”, manifestó este sábado, según la web de la presidencia.
La semana pasada, el gobierno anunció la detención de nueve extranjeros, algunos de ellos provenientes de Francia, Alemania, Italia, Polonia y Países Bajos.
En consecuencia, Francia recomendó ayer a sus ciudadanos de visita en Irán abandonar el país “lo más rápido posible” por los riesgos de detención arbitraria. Lo mismo hizo Países Bajos, que aconsejó a sus ciudadanos no viajar a la República Islámica. “La policía actúa a veces con dureza (…) Las autoridades iraníes también pueden detener arbitrariamente a personas con nacionalidad extranjera”, señalaron las autoridades neerlandesas.