Todos invitados: se espera una multitudinaria marcha por la Memoria, Verdad y Justicia

Convocada por distintas organizaciones se conmemora el aniversario Nº 42 del golpe cívico-militar.

Repudiando la época más oscura y nefasta vivida en la historia de nuestro país y levantando en alto la consigna “Ni olvido ni perdón” cientos de miles de personas en el país se movilizarán para no olvidar, pedir justicia y concientizar sobre nuestro pasado y presente.

Diversas actividades culturales darán inicio a las 14:00 hs. en la Plaza 9 de Julio y a partir de las 18:00 hs. se llevará adelante la esperada marcha.

 

El Plan Sistemático de represión ilegal

A partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, se instauró en el país una dictadura que implantó el “terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina” (*), y posibilitó la imposición de un modelo de país autoritario, económicamente regresivo y socialmente injusto requerido por los centros de poder internacional y los grupos económicos concentrados. Este golpe no constituyó una irrupción abrupta, sino que se insertó en una cultura política atravesada por prácticas de violencia estatal y paraestatal, y por la continua alternancia de dictaduras militares y democracias restringidas durante todo el siglo XX.

En un contexto de fuerte movilización social que caracterizó los inicios de la década del setenta, las Fuerzas Armadas comenzaron a desarrollar operativos ilegales, avanzando sin pausa hacia la usurpación del poder estatal. Más de 1.500 víctimas, muchas de ellas desaparecidas, fueron el resultado de los asesinatos y secuestros efectuados por la Triple A y otras bandas de derecha -organizadas, armadas y financiadas desde el Ministerio de Bienestar Social y otros sectores gubernamentales-, las acciones criminales encubiertas de los comandos de la inteligencia militar y policial y la agudización de la política represiva (“Decreto de aniquilamiento”). Así, se allanó el camino para el golpe de Estado que derrocó un gobierno constitucional, con la eliminación de todo vestigio democrático.

El objetivo de eliminar al activismo social, desmantelar la organización popular, disciplinar a la sociedad y vaciarla hasta de su propia memoria, requirió poner a la totalidad de las instituciones del Estado al servicio del terror. Tras el golpe de 1976, la dictadura institucionalizó y potenció el modo represivo previamente ensayado: la metodología de secuestro-tortura-desaparición y la instauración de los centros clandestinos de detención como dispositivos de exterminio de los prisioneros y de diseminación del miedo hacia la sociedad. En esa red de más de 500 centros desplegada a lo largo del país, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) constituyó un engranaje emblemático.

(*) Rodolfo Walsh, Carta abierta de un escritor a la Junta Militar.

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