La Justicia realizó una inspección ocular donde el joven fue baleado por la espalda. Lo único que se halló fueron muchísimas vainas servidas de proyectiles 9 milímetros, como los que utilizan los miembros del grupo Albatros de Prefectura. También se estableció que los uniformados ingresaron más allá de donde se había dicho. La prueba recolectada contradice lo informado por Patricia Bullrich para instalar la idea de que hubo un enfrentamiento.
Ni una sola arma, solo “muchísimas” vainas servidas de 9 milímetros. Esto es lo que determinó la inspección ocular encabezada por el juez Gustavo Villanueva en el territorio Lafken Winkul Mapu, de Villa Mascardi, Bariloche, donde el 25 de noviembre fue asesinado el joven Rafael Nahuel, de 21 años. El hallazgo echa por tierra la versión que hizo circular el Gobierno sobre un supuesto “enfrentamiento” a tiros entre los mapuches y las fuerzas de seguridad dirigidas por Patricia Bullrich.
El procedimiento tuvo como objetivo recabar pruebas e indicios que determinen el contexto y las responsabilidades del crimen de Nahuel y de las heridas en otros dos miembros de la comunidad mapuche. Se hallaron balas utilizadas en escopetas 12-70, como las que utilizan Albatros y el Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP), las fuerzas que operaron ese día allí.
La inspección duró ocho horas y fue custodiada por un operativo de 70 agentes adentro del predio y otros 200 apostados sobre la ruta 40, según detalló el portal enestosdias.com.ar. Villanueva encabezó el procedimiento judicial y con él estuvieron el padre y un hermano de Nahuel, sus abogados, la diputada nacional Victoria Donda, una abogada de la Prefectura y dos prefectos.
No estuvieron los integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu, que permanecen en la zona de los altos ni hubo contacto con ellos. Pero al finalizar la inspección, varios de ellos se acercaron y le gritaron “asesinos” a los integrantes de las fuerzas de seguridad y al juez que ordenó el operativo que terminó con el asesinato del joven mapuche.
La abogada de la familia, Natalia Araya, dijo que “en el interior de la comunidad no existen las tranqueras ni había árboles caídos o con orificios de bala”. Es decir, todo lo contrario a lo que había informado la ministra Seguridad, Patricia Bullrich. El lugar del supuesto “enfrentamiento” tampoco coincidía con los dichos de la funcionaria: el sitio donde Rafael Nahuel fue baleado no está a 400 metros de la tranquera de ingreso, sino “a unos mil o 1.500 metros” de la entrada; es decir, que el operativo avanzó más de lo que se había informado.
En tanto, el magistrado analiza medidas de prueba solicitadas por la querella y se prevé que llame a declarar a prefectos aún no imputados. Por estas horas, además, Villanueva deberá definir si accede al cambio de carátula de “NN sobre muerte dudosa” a “homicidio agravado”, solicitado por la querella.