Dos meses atrás, cuando apenas habían transcurrido poco más de quince días de la desaparición de Santiago Maldonado, el Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios se comunicó con el ministerio de Seguridad de la Nación para poner a disposición los “binomios”, un selecto grupo de perros especialmente entrenados para la búsqueda de personas en cursos de agua, pero tanto el magistrado como la cartera que conduce Patricia Bullrich no emitieron respuesta alguna.
Los bomberos y los canes, antes de partir hacia Esquel
Sesenta días después –y tras la convocatoria del juez Gustavo Lleral– ocho “binomios” adquirieron ayer un rol fundamental en la investigación al hallar un cuerpo sobre el Río Chubut que podría ser el de Santiago Maldonado, el joven tatuador desaparecido desde el 1° de agosto tras participar de una manifestación mapuche en la ruta 40.
Así lo aseguró Gustavo Nicola, director nacional de Coordinación Unificada de Operaciones del Consejo Nacional de Bomberos, quien explicó que la propuesta se formuló a la Dirección Nacional de Cinotecnia, un área del ministerio de Seguridad de la Nación que se dedica al entrenamiento de canes para la Policía Federal Argentina, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina. La propuesta también había llegado a manos del juez Otranto.
“Hace dos meses hablamos con la gente de cinotecnia y del ministerio de Seguridad, ofrecimos los binomios y nos dijeron que nos iban a llamar pero nunca lo hicieron. Nunca nos dijeron ni que sí, ni que no”, detalló Nicola. Este sitio se comunicó con el ministerio de Seguridad pero no obtuvo respuesta.
Uno de los perros que participó del rastrillaje.
El esperado llamado llegó al Consejo Nacional de Bomberos el sábado por la mañana: el juez Lleral los convocó para realizar una serie de rastrillajes a orillas del Río Chubut. Los adiestradores y perros se trasladaron desde Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires hasta el aeropuerto de San Fernando, donde despegaron el lunes por la mañana con destino a Esquel.
Sólo pudieron viajar ocho de los doce binomios alistados para el viaje debido a las reducidas dimensiones de la aeronave, que aterrizó en el sur el pasado lunes al mediodía.
El equipo de bomberos, antes de viajar con rumbo a Esquel.
Al día siguiente, alrededor de las 10, comenzaron los rastrillajes sobre el río. Los perros del cuerpo de bomberos están entrenados para detectar la presencia de dióxido de carbono en el agua. En rigor, al percibir olor a putrefacción, comienzan a marcar una cuadrícula y fue así como ocurrió en las tareas de búsqueda efectuadas ayer. Tras la señal de los animales, los buzos de Prefectura hallaron el cuerpo sin vida de un hombre en el río, a unos 2000 metros del punto inicial de búsqueda, a 300 metros de donde ocurrió la represión de Gendarmería.
Para participar de las tareas de rastrillaje, los ocho bomberos voluntarios debieron pedir días en el trabajo, mientras otros utilizaron parte de sus vacaciones para viajar al sur. Ninguno percibió dinero por la tarea realizada, a pesar de que su participación podría ser crucial para conocer finalmente qué ocurrió con el joven artesano cuya desaparición conmovió al país.