Nelson Campos, cacique de la comunidad wichí El Algarrobal, contó cómo fue la reunión con los ministros luego de la marcha de las comunidades a la capital salteña para exigir al gobierno la conformación de una mesa de diálogo donde presentaron un documento que surgió de varios días de asamblea.
«Llegamos a un diálogo a medias con el Sr. Gobernador, y nos faltó como el respeto porque se presentó al último en la reunión con los ministros presentándose con una guitarra regalándole a uno de los hermanos. Dio unas breves palabras y se retiró. Cerraron los micrófonos para que nadie le pueda decir nada», cuenta el cacique de la comunidad El Algarrobal.
Para Nelson Campos la injerencia de los que se presentaron como ‘veedores’ y/o ‘garantes’ terminó convenciendo a los referentes de las comunidades de que se había logrado algo cuando en realidad se volvieron con simples promesas -las que desde hace años reciben en cada campaña electoral- y con las manos vacías, sin ningún compromiso serio por parte del gobierno provincial sobre todo lo que elaboraron en asamblea y que son los reclamos históricos de las comunidades.
Les mandaron gente del IPV para hacer un relevamiento con la promesa del acceso a viviendas, pero nada por las necesidades urgentes que plantearon: trabajo, ingresos genuinos y agua para no sufrir hambre.
«Queda como muy chiquito, las cosas que conseguimos, o casi nada» reflexiona el cacique «porque la pandemia más grande que tenemos es el hambre acá en las comunidades originarias».
«Nuestros niños mueren silenciados, porque a veces pasa que mueren chicos y no quedan registrados en los mismos hospitales; y si los registran, mueren por otra cosa y no dicen que han muerto por desnutrición y hambre». «El agua es el líquido fundamental para la existencia de la persona (…) y no tenemos».
«Nosotros somos lo último, lo más bajo. Pero cuando necesitan votos están presentes, nos vienen a buscar comunidad por comunidad; y después llegan (a sus cargos electivos) y se olvidan de nosotros. Y así pasamos, uno tras otro, uno tras otro de nuestros representantes», denuncia durísimo Nelson Campos.
«Es muy lamentable lo que nos pasa. Y lo vivimos día a día. Hay chicos que tienen que salir a hondear pajaritos para poder comer. Es muy triste ver esto, cosas que a veces no se visibiliza pero nosotros en las comunidades vemos; y por ahí nos acostumbramos ya a ver esto», cuenta mientras sostiene que seguirán luchando por derechos para dejar de sufrir aunque «pasan los años y parece que no tiene solución esto», reflexiona.
Para el cacique, fue intención del gobierno cansarlos: «el gobierno provincial nos llevó a que nos cansemos y que nos retiremos sin nada, con las manos vacías», analiza.
Fuente: Revista Norte