Fuente: Mario Borini
En 2016, hubo 23 muertes infantiles por tos ferina entre 8.443 fallecimientos de niños de 0 a 5 años, y en 2019, se registraron 7 muertes por esta causa entre 6.897 fallecimientos. Es importante destacar que las coberturas de vacunación con triple bacteriana acelular eran mayores en esos años que en el actual.
Sin embargo, estas muertes representaron una proporción muy minoritaria en el total de fallecimientos de 0 a 5 años: en 2016, el 3 por mil, y en 2019, el 1 por mil. Esto plantea la pregunta de por qué se pone tanto énfasis en esta causa de muerte, cuando hay otras causas más frecuentes que no dependen de la vacunación, sino de una prevención y atención oportuna y eficaz.
De hecho, se estima que el 66% de las muertes infantiles podrían evitarse con medidas sencillas dentro de una política social y de salud inteligente. En comparación, llama la atención que no se preste tanta atención a otras causas de muerte prevenibles, como la sífilis congénita, para la cual no existe vacuna.
Entre 2018 y 2023, se registraron 46, 39, 39 y 19 muertes por sífilis congénita, respectivamente. Es notable la falta de proporcionalidad y de veracidad en los mensajes a la población, que no priorizan y aún ocultan enfermedades mucho más frecuentes que las enfermedades para las cuales existen vacunas.
Además, se oculta que hubo años con mayor mortalidad por tos convulsa que el actual, y se nota la total falta de datos en 2021 y 2022. Es importante señalar que esta mortalidad seguramente tiene una distribución similar a la de la mayoría de enfermedades infecciosas, ligadas a la miseria y a la pobreza. Sin embargo, este dato fundamental no se recoge en Argentina.
Fuente: https://www.argentina.gob.ar/salud/deis/publicaciones
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