La directora nacional de Vigilancia y Control de Fronteras, Virginia Cornejo, respaldó ayer la actuación de la Prefectura Naval Argentina en los pasos fluviales de Aguas Blancas (Orán) y Bermejo (Tarija) luego de una disputa entre cooperativas de chalaneros que derivó en la suspensión transitoria del servicio. “El control en la frontera norte vino para quedarse y no nos distraeremos con temas ajenos a nuestra misión”, afirmó Cornejo, en referencia al Plan Güemes de seguridad fronteriza.
El origen del conflicto se sitúa en la irrupción de una nueva cooperativa salteña —denunciada por chalaneros locales como integrada mayoritariamente por ciudadanos bolivianos con documentación argentina— que alteró el reparto de espacios y permisos de amarre en la margen argentina del río Bermejo. En respuesta, las prefecturas navales de ambos países retuvieron embarcaciones y reforzaron los controles: la autoridad boliviana secuestró botes por irregularidades en habilitaciones y, en paralelo, la Prefectura Argentina limitó los desembarcos desde Bermejo y elevó los operativos de inspección.
Cornejo señaló que la Prefectura centraliza su accionar en “la lucha contra el narcotráfico, la trata, el crimen organizado y el terrorismo transnacional”, y descartó debates que desvíen el foco de esas prioridades. Asimismo, anunció gestiones para mejorar los controles migratorios y aduaneros de manera integrada con Bolivia, y recordó que se coordina con la Aduana de Orán y el Gobierno provincial para agilizar trámites. Paralelamente, la funcionaria se reunió con la Justicia Federal y Vialidad Nacional para abordar ocupaciones irregulares de terrenos en la zona de seguridad fronteriza.
