En el arranque del año, la relación entre remuneraciones y precios de los vehículos había alcanzado un mínimo en casi 20 años. Pero la devaluación impactó en los precios y afectó las ventas. Terminales abandonaron la meta de 1 millón de unidades patentadas en 2018.
Mes tras mes, desde la entidad que nuclea a los concesionarios (ACARA), venían festejando los récords históricos que iban marcando los patentamientos en el país.
Para el cierre de mayo, cuando ya se había activado la corrida y la fuerte devaluación golpeaba sobre la economía, desde la cámara igual celebraban el hecho de que el ritmo de crecimiento se mantenía y que, incluso, se observaba un “nivel de actividad sostenido” en las agencias.
Así, vaticinaban que el primer semestre se encaminaba a ser récord histórico. Y en los papeles, ya concluido junio, la realidad es que se cumplió la marca proyectada por la entidad.
Pero esta vez, la lectura que trazaron desde ACARA distó mucho de los mensajes optimistas que venían pregonando. Pese a haberse logrado dicho récord, ahora todos en el sector encendieron las luces de alarma.
“Las cifras nos enfrentan a la paradoja de que finalizamos el mejor primer semestre de la historia, pero con un mercado que se está cayendo“, apuntó Dante Álvarez, presidente de la entidad, al dar a conocer que en junio los patentamientos se desplomaron 18%, anotando así la primera baja en dos años.
Y los factores principales de este derrumbe, señalados por la propia entidad, están relacionados con el salto del dólar y su impacto en los precios, dada la alta dependencia del mercado argentino por los vehículos importados, considerando que más de la mitad de los modelos que se venden en el país provienen de Brasil.
El billete verde, por cierto, también pega y muy fuerte en el precio de los componentes para producir autos en la Argentina, dado que tienen una incidencia del 70% promedio en el valor final de cada vehículo.
Además, desde concesionarios marcan que afectó fuertemente la incertidumbre, que suele paralizar decisiones de compra, en un contexto en el que la mitad de las operaciones se pactan con planes definanciamiento a mediano plazo.
Vinculado con este último punto y muy fundamental, desde ACARA alertaron que se produjo una “estrepitosa caída de la financiación bancaria, por el aumento de las tasas de interés, que la ha reducido prácticamente a cero, algo que a nuestro sector complica de sobremanera”.
En este contexto, están todas las variables alineadas para que la clase media, la principal protagonista de lo que hasta ahora había sido un boom de ventas, decida bajarse del mercado de los 0Km.
Así como hasta el primer cuatrimestre se repetían las voces en esta rama de actividad que señalaban que era “el” momento para adquirir un vehículo nuevo, ahora este tipo de expresiones brillan por su ausencia.
Sucede que la relación entre los ingresos y los precios de los 0Km -que según un estudio privado había alcanzando en el arranque de 2018 el punto más bajo desde la salida de la convertibilidad-, se volvió más desfavorable tras los aumentos que se plasmaron en los salones de venta.
En marzo, según el relevamiento, se necesitaban de 10,6 salarios promedio para acceder a un automóvil del segmento B, es decir, la categoría que engloba a los modelos compactos y más económicos -como el Volkswagen Gol, el Toyota Etios o el Chevrolet Onix, entre otros- y que es motorizada, justamente, por la clase media.
Sin embargo, tras el salto cercano al 10% que experimentaron los 0Km durante mayo y el alza registrada en junio, no menor al 5%, los vehículos comenzaron a alejarse nuevamente de los compradores.
En base a estos ajustes, se estima que a partir de estas variaciones ya se necesitan exactamente de 12 salarios promedio para subirse a una unidad, un nivel incluso superior al estimado para el 2017, cuando la relación era de 11,1 ingresos.
Si bien por ahora este indicador se encuentra por debajo del registro de 2016 -momento en que había que contar con 12,7 remuneraciones promedio para adquirir un 0Km- marca un preocupante punto de inflexión.
Sucede que hasta el primer cuatrimestre, los vehículos venían subiendo a un ritmo de entre 1,5% y 2% cada mes, por debajo de la inflación.
La perspectiva es que las tasas de variación, para el tercer trimestre, es que al menos se dupliquen esas tasas, en un escenario en el que se espera que el poder adquisitivo retroceda tres puntos durante todo el año.
Los modelos populares, los más castigados
Al analizar el ranking de patentamientos correspondientes a junio, se puede observar cómo se desplomaron las ventas de algunos de los modelos típicos de la clase media, como puede ser el Volkswagen Gol, cuyos patentamientos se derrumbaron un 59% frente al mismo mes del 2017 y un 31% respecto de mayo de este año.
En el caso del Renault Sandero, la caída fue incluso mayor: la baja interanual fue del 63%. Del Fiat Mobi, que vino a reemplazar al mítico Uno, se vendió un 41% menos, con una caída incluso mayor frente a mayo, superior al 44%.
