Se dejó morder más de 200 veces por serpientes venenosas y hoy se estudia como antídoto.

Este hombre estadounidense se inyectó veneno de serpientes por casi dos decadas. Los cientificos estudian su sangre, porque creen que podría funcionar como un antídoto para la toxina que estos reptiles propagan.

Tim Friede, de 57 años, es un hombre estadounidense que pasó casi dos décadas inyectándose deliberadamente veneno de serpientes. Actualmente, los científicos analizan la posibilidad de que la sangre de este hombre sirva como antídoto para el poderoso veneno de estos reptiles.

Los anticuerpos en la sangre de Friede fueron testeados en pruebas con animales, que demostraron que podían proteger contra dosis mortales de veneno de una amplia gama de especies. Esto sería un gran avance en el mundo médico, ya que las terapias actuales requieren que el antídoto corresponda a la especie de serpiente específica que mordió a la persona afectada.

Los 18 años que Friede atravesó siendo mordido por serpientes podrían suponer un paso gigante en la búsqueda de un antídoto universal contra todas las mordeduras de serpiente. Esto representa un avance vital en el mundo de la medicina, en relación a las últimas estadísticas las cuales indican que son 140.000 las personas que mueren al año por el veneno de estos animales. A su vez, el número de personas que dejan con amputaciones o discapacidades permanentes es tres veces más grande.

El estadounidense inició este experimento con el objetivo de desarrollar su propia inmunidad para protegerse al manipular serpientes y documentar su proceso en YouTube, sin embargo, uno de sus primeros intentos de lograr esto, lo dejaron en coma tras recibir dos mordeduras de cobra seguidas. El hombre ha soportado más de 200 mordeduras y más de 700 inyecciones de veneno de algunas de las serpientes más mortíferas del mundo. Entre las especies a las que ha sido expuesto, se encuentran:la mamba, la cobra, el taipán y el búngaro.

Cómo Tim Friede llamó la atención del mundo científico

El doctor Jacob Glanville, director ejecutivo de la empresa biotecnológica Centivax, se interesó por la historia de Friede mientras investigaba cómo crear un tipo de defensa inmunitaria para el veneno de las serpientes el cuál pudiera prescindir de ser un antídoto específico para un tipo de serpiente en particular.

El sistema que investigaba Glanville se denomina “anticuerpos ampliamente neutralizantes“, estos anticuerpos en lugar de dirigirse a la parte de la toxina que la hace única, se dirigen a las partes que son comunes a toda una clase de toxinas.

Si alguien en el mundo ha desarrollado estos anticuerpos ampliamente neutralizantes, es él“, señaló el científico. Quien también agregó: “En la primera llamada, le dije a Tim: ‘Esto puede sonar un poco raro, pero me encantaría conseguir una muestra de tu sangre’”.

Debido a que el estudio solo consistía en extraerle sangre, se consiguió la aprobación ética. La investigación se centró en los elápidos, una familia de serpientes venenosas que incluye a las serpientes coral, las mambas, las cobras, los taipanes y los búngaros.

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