La ruta nacional 50, principal vía de conexión entre Orán y Aguas Blancas, sufre un colapso diario producto del intenso flujo de vehículos que circulan hacia Bermejo (Bolivia) en tours de compras. Según datos no oficiales, más de 15 000 vehículos —entre autos particulares, combis, remises y camiones cisterna— atraviesan a diario el tramo, generando largos embotellamientos que afectan a pobladores, transportistas y servicios esenciales.
El punto más crítico es el Puesto 28 de Gendarmería, donde se registran demoras de hasta tres horas, especialmente en las tardes, cuando cierran el paso fronterizo. Vecinos de Aguas Blancas describen carriles y banquinas colapsados, con maniobras peligrosas para “colarse” y sin espacio ni siquiera para una ambulancia.
Entre las consecuencias más graves, se mencionan:
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Interrupción de actividades rurales: productores y trabajadores retrasan o cancelan sus tareas por la imposibilidad de transitar en horarios previstos.
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Retrasos en servicios: ambulancias, colectivos y remises quedan atascados en filas, poniendo en riesgo la atención sanitaria y el abastecimiento de combustible.
Los habitantes de la zona resaltan que la ruta “no da abasto” y que, a pesar de los reclamos, no se han implementado medidas de ordenamiento para diferenciar el tránsito comercial del productivo o de emergencia. Productores y profesionales de la salud señalan que pacientes y clientes llegan con hasta cinco horas de retraso.
Las autoridades de Gendarmería mantienen controles en el Puesto 28, pero la falta de alternativas viales o de regulación específica refuerza el embudo permanente. La situación expone la necesidad de soluciones coordinadas entre organismos provinciales y nacionales para garantizar la circulación segura y fluida de todos los usuarios