Vecinos de Orán y zonas aledañas denunciaron la proliferación de las llamadas “casas binacionales” en Aguas Blancas, ubicadas en la frontera entre Salta y Bolivia. Estas viviendas cobran un monto de $500 por persona para cruzar ilegalmente la frontera, en un negocio que genera preocupación y rechazo.
Según las denuncias, estas viviendas están ubicadas incluso en zonas selváticas y, sorprendentemente, estarían custodiadas por efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina, lo que pone en tela de juicio la legitimidad de las operaciones fronterizas.
Se estima que unas 3000 personas cruzan diariamente por estas rutas ilegales, generando ingresos de hasta 4 millones de pesos diarios. Esta situación se agrava por la reciente eliminación de pasos ilegales en áreas cercanas a la terminal, lo que habría desplazado la actividad hacia estas “casas”.
Contexto Histórico: La Frontera como Colador
Desde 2021, los pasos clandestinos en el norte del país han sido un foco de atención. En aquella época, contrabandistas utilizaban patios de casas para cruzar mercadería desde Argentina hacia Bolivia. Un informe de un medio nacional mostró cómo estas viviendas conectaban directamente con Yacuiba, sin ningún control oficial.
La situación configura una frontera vulnerable, conocida como la “ruta blanca” por su vinculación con el narcotráfico, utilizando caminos como la Ruta Nacional 34 para distribuir sustancias ilícitas.
Denuncias en Bolivia
Medios bolivianos también han documentado el fenómeno. Un portal tarijeño describió un alojamiento ubicado cerca del paso fronterizo Pocitos-Salvador Mazza, donde se cobra un peaje para cruzar a través de pasillos que desembocan en Bolivia.
Estas actividades representan un “secreto a voces” en la región, con más de 10 mil pasos ilegales según estimaciones. Los vecinos exigen medidas urgentes y cuestionan el rol de las fuerzas de seguridad en garantizar un tránsito fronterizo seguro y regulado.