Si bien la Unión Europea (UE) postergaría por un año las exigencias sobre deforestación a la carne vacuna, la soja y otras materias primas, los requerimientos ambientales del viejo continente son cada vez más fuertes.
Este contexto presenta grandes desafíos y oportunidades para la Argentina y otros países de la región como proveedores de estos productos. Esta temática, entre otras, será abordada en las “XII Jornadas Interacadémicas Argentina-Uruguay 2024″, que tendrán lugar el 14 y 15 de noviembre en la sede de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, ubicada en Avenida Alvear 1711 de la Ciudad de Buenos Aires.
“Podemos asegurar que la Argentina puede dar respuestas a las exigencias ambientales más allá de la situación en que se encuentren se competidores. Después dependerá de los negociadores obtener mejores precios y mayores volúmenes de cuotas exportables, pero el país tiene más oportunidades que inconvenientes ante estos requerimientos, y puede satisfacer las demandas de consumidores exigentes como son los europeos”, aseveró el doctor Gerardo Leotta, investigador del CONICET y Coordinador de las Jornadas.
Los resultados serán detallados el próximo viernes 15, desde las 13:30 horas, por Rodolfo Bongiovanni, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Javier Echazarreta, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Sobre eso, Leotta adelantó que la Argentina queda “súper bien posicionada” en lo que se refiere al kilo de dióxido de carbono equivalente por kilo de carne bovina puesta en góndola. “Argentina tiene un tercio de lo que se estima internacionalmente. Para la carne bovina se estiman entre 100 y 120 kilos de dióxido de carbono equivalente a nivel global, mientras que Argentina tiene entre 30 y 40″, ejemplificó.
Otro dato relevante es que la ganadería nacional presenta grandes ventajas en su huella hídrica, la cual se refiere a la cantidad de agua que se necesita para producir un kilo de carne bovina.
“Estamos demostrando que la carne vacuna producida en Argentina es sustentable y puede cumplir con las regulaciones”, enfatizó el experto.
En cuanto a las exigencias sobre deforestación, Leotta resaltó que la cadena cárnica del país “está muy bien”, ya que presenta “un sólido sistema de trazabilidad”, que se consolida desde hace décadas junto a la UE. “Estamos basados en eso para poder dar respuestas ahora”, indicó.
En línea con las declaraciones de varias entidades productivas, el presidente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, Jorge Errecalde, puso el foco en que algunos requerimientos de las naciones europeas son desproporcionados y parten de un desconocimiento sobre cómo se trabaja en algunas regiones.
“Por ejemplo, lo que se captura de carbono con las pasturas es mucho más de lo que los animales emiten. Sobre la deforestación, posiblemente se posterguen esas normativas, pero es un tema que sigue vigente e impacta en lo que es el NEA y el NOA del país”, consideró.
Ante esta realidad, señaló que desde la academia se deben clarificar las condiciones en las que se producen los animales y cultivos en esas zonas. “Los europeos no conocen en qué condiciones ocurren las cosas acá y se toman resoluciones por las dudas. A eso, se suma que muchas veces los representantes de la Argentina en reuniones internacionales no están preparados como se debe para defender nuestra posición”.
No obstante, Leotta finalizó: “Sobre la normativa de la Unión Europea, hay todavía enormes incertidumbres, entonces no abriría el paraguas antes de que llueva, porque la Argentina tiene una gran oportunidad y puede cumplir con las exigencias”.