Los operativos que realizó la Policía de la Ciudad fueron pedidos por el fiscal Andrés Madrea, en el marco de la causa que se encuentra bajo el secreto de sumario. Los otros procedimientos se hicieron en las casas de dos empleados de CasaSur y en el de un presunto amigo del músico
La imagen del patrullero estacionado este martes frente al hotel CasaSur, ubicado en el barrio porteño de Palermo, en Buenos Aires, Argentina, no sorprendió a nadie este martes. No es la primera vez que la Policía de la Ciudad llega a ese lugar para realizar un allanamiento en el marco del expediente por la muerte del cantante Liam Payne.
Los policías que llegaron hasta el hotel de la calle Costa Rica al 6000 debían inspeccionar las gavetas de los empleados involucrados en la causa por el fallecimiento de Payne que investiga la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 14.
“A uno de estos dos empleados lo despidieron del hotel”, deslizaron fuentes del caso a este medio.
“Los teléfonos se abrieron, además, para investigar quién le proveyó las drogas”, dijeron.
Hay que recordar que el músico británico de 31 años falleció al caer desde el tercer piso de la habitación y, según la autopsia, sufrió “politraumatismo y hemorragia interna y externa”.
Se presume que Liam Payne, al momento de la caída, estaba solo y podría haber estado atravesando “algún tipo de brote producto del abuso de sustancias”. En la habitación, se encontraron indicios de consumo de alcohol y estupefacientes que respaldarían esta hipótesis.
La estrella del pop británico había reservado la habitación 10, ubicada en el tercer piso del Hotel CasaSur, el 13 de octubre pasado hasta el día de su muerte, el miércoles 16. Ese mismo día, pero a las 11, recibió la visita de dos mujeres que no se conocían entre sí y que habían sido contratadas por Payne: debieron permitir que sus identificaciones sean fotografiadas en la recepción antes de subir al cuarto.
El ex One Direction las esperó en su habitación, según se desprende de la testimonial de las mujeres. Conversaron y bebieron. El cantante tenía una botella de scotch y les ofreció champán. Nadie tomó cocaína según los dichos de las invitadas. Luego se fueron del hotel sin cobrar lo que les había prometido el artista y en la habitación comenzaron los desmanes.
Ese trágico miércoles de octubre, el cuerpo fue encontrado desplomado en un patio interno de la propiedad. El encargado del lugar había llamado al 911 minutos antes pidiendo asistencia para el artista: “Tenemos un huésped que está sobrepasado de drogas y alcohol… Está rompiendo toda la habitación y, bueno, necesitamos que manden a alguien, por favor”.
E insistió en el pedido de una ambulancia, aunque fue reticente con el ingreso de la Policía: “Lo que yo te pido es que venga alguien urgente, porque, bueno…”. Segundos después, un estruendo se escuchó en el patio interno trasero del edificio y la noticia de la muerte de Payne conmocionaba al mundo.
El empleado del Hotel CasaSur no ocultó su preocupación cuando habló con la operadora: “Y necesitamos que nos envíen a alguien urgente, porque, bueno, yo no sé si corre riesgo la vida del huésped. Está en una habitación que tiene balcón y, bueno, estamos un poco con temor de que haga algo que le ponga en riesgo su vida”. Cuando llegó la Policía y el SAME era tarde.
A 20 días de la muerte de Liam Payne, Geoff, el padre del cantante que llegó a Buenos Aires para hacer los trámites de repatriación del cuerpo de su hijo y poder llevarlo a Inglaterra para su entierro; este martes consiguió trasladar los restos al Cementerio Británico.
Una vez allí, el padre del artista se dirigió directamente a la capilla, donde fue recibido por uno de los empleados del lugar que le entregó un ramo de flores. Luego, Geoff partió rumbo al hotel CasaSur. El hombre fue acompañado por un grupo de fans que se encontraban en el improvisado memorial frente al edificio donde falleció su hijo.
Con una rosa en la mano, el padre de Payne se acercó a los recuerdos que dejaron los fanáticos y se tomó el tiempo para leer todos los mensajes que dejaron.