Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, los militares israelíes han utilizado regularmente a civiles palestinos detenidos como escudos humanos, obligándolos a realizar misiones de reconocimiento para evitar poner en peligro a sus tropas, informa The New York Times.
Según una nueva investigación del medio, que cita testimonios tanto de personas sometidas a esta práctica como de varios soldados israelíes, a los palestinos se les obligaba a explorar lugares donde supuestamente Hamás podía organizar emboscadas o colocar trampas explosivas. En particular, tenían que revisar y filmar el interior de redes de túneles, y entrar en edificios para encontrar explosivos ocultos, entre otras cosas.
Se señala que esta práctica, ilegal tanto según la legislación israelí como el derecho internacional, ha sido utilizada por al menos 11 pelotones israelíes en cinco ciudades del enclave, a menudo con la participación de los servicios de inteligencia.
Escudos humanos
Uno de los interlocutores del diario, Mohammed Shubeir, que entonces tenía 17 años, relató que él y su familia fueron detectados y detenidos por los israelíes a principios de marzo, cuando se escondían en su ciudad natal de Jan Yunis. Durante su detención, que duró 10 días, el adolescente fue utilizado como escudo humano, concretamente le obligaron a caminar esposado por las ruinas en busca de explosivos colocados por Hamás, mientras los propios soldados caminaban detrás de él.
Shubeir también dijo que unos días antes de su liberación lo desataron, lo vistieron con un uniforme militar israelí y lo obligaron a caminar por las calles para que los combatientes de Hamás pudieran dispararle y revelar sus posiciones. A su vez, los militares israelíes le seguían desde la distancia. Según sus palabras, cuando quedó con las manos libres, pensó en intentar huir, pero decidió no hacerlo cuando se dio cuenta de que un cuadricóptero lo seguía, vigilaba sus acciones y estaba preparado para dispararle.
De acuerdo con otro palestino, los israelíes obligaron a una multitud de civiles desplazados a caminar delante de ellos mientras avanzaban hacia un escondite de Hamás, en el centro de la ciudad de Gaza. “Los soldados nos ordenaron que fuéramos hacia delante para que el otro bando no devolviera el fuego“, dijo Jehad Siam, de 31 años, añadiendo que cuando el grupo llegó al lugar, los militares salieron de detrás de los civiles y entraron en el edificio.
Basheer al-Dalou, farmacéutico de la ciudad de Gaza, también contó que, tras ser capturado en su casa, lo obligaron a actuar como escudo humano. Le ordenaron que se quitara la ropa, le ataron las manos y que fuera al patio trasero de una casa vecina, que estaba cubierto de escombros y cristales rotos. Con las manos atadas, le ordenaron caminar por el patio, moviendo los objetos sospechosos.
Al-Dalou, de 43 años, recordó que ese mismo día le ordenaron caminar delante de un tanque israelí que se dirigía hacia una mezquita, donde supuestamente había miembros de Hamás. Añadió que algunos de sus vecinos fueron enviados a buscar entradas de túneles en un hospital cercano, señalando que no los ha vuelto a ver desde entonces.
Por su parte, los soldados israelíes que hablaron con The NYT, describieron la práctica como “rutinaria, habitual y organizada, llevada a cabo con un considerable apoyo logístico y el conocimiento de los superiores en el campo de batalla”. Según sus palabras, se realizaba por el deseo de limitar los riesgos para la infantería.
Mientras tanto, el Ejército israelí declaró al medio mediante un comunicado que sus “directivas y directrices prohíben estrictamente el uso de civiles de Gaza detenidos para operaciones militares”, añadiendo que los relatos de los interlocutores del medio serían “examinados por las autoridades pertinentes”.