El glaciar ‘del Juicio Final’ encierra más peligro del que se pensaba

El enorme glaciar Thwaites, en la Antártida occidental, conocido como el glaciar ‘del Juicio Final’, lleva décadas en rápido retroceso.
El glaciar más ancho del planeta y que más ha preocupado a los científicos en las últimas décadas se está derritiendo a gran velocidad y el proceso se acelerará durante el próximo siglo, descubrió un equipo internacional de investigadores tras una expedición de seis años.
En el siglo XXIII, el glaciar y la mayor parte de la capa de hielo de la Antártida occidental podrían desaparecer por completo, provocando consecuencias catastróficas.
El glaciar ‘del Juicio Final’
El enorme glaciar Thwaites, en la Antártida occidental, conocido como el glaciar ‘del Juicio Final’ por los impactos globales que tendrá en el nivel del mar si colapsa, cubre un área de aproximadamente el tamaño del estado de Florida y se encuentra en una fase de rápido retroceso.

Los científicos advierten de que el colapso completo del cuerpo de hielo provocaría un aumento del nivel del mar de más de 65 centímetros. Eso sería suficiente para que comunidades costeras de todo el mundo queden sumergidas bajo el agua.

Una preocupación aún mayor de los especialistas es que, en caso de colapsar —ya que el Thwaites refuerza toda la capa de hielo de la Antártida occidental—, arrastraría con él una mayor capa del hielo antártico, lo que podría elevar el nivel del mar hasta tres metros.

Se agrava el panorama

El glaciar ya lleva décadas retrocediendo de forma constante, principalmente debido al calentamiento global. El volumen de hielo que fluye hacia el mar desde el Thwaites y los glaciares vecinos se duplicó con creces entre 1990 y 2010. Solo la bahía de Amundsen, su mayor parte, es responsable del 8 % de la tasa actual de aumento del nivel del mar (4,6 milímetros al año).

Mientras tanto, un aumento del nivel del mar de incluso unos pocos centímetros tendría un enorme impacto en cientos de millones de personas en las costas de todo el mundo, desde Bangladés a las islas bajas del Pacífico, Nueva York, Londres o Shanghái. Estudios realizados por el proyecto International Thwaites Glacier Collaboration (ITGC) con robots submarinos y datos de satélite han demostrado que el agua caliente está penetrando bajo el glaciar y provocando su rápido deshielo.

Según el Dr. Ted Scambos, coordinador científico estadounidense del ITGC y glaciólogo de la Universidad de Colorado, “es preocupante que los últimos modelos informáticos prevean una pérdida continua de hielo que se acelerará a lo largo del siglo XXII y podría provocar un colapso generalizado de la capa de hielo de la Antártida Occidental en el XXIII”.

“Una intervención climática inmediata y sostenida tendrá un efecto positivo, pero retardado, sobre todo a la hora de moderar el aporte de agua cálida de las profundidades oceánicas, que es el principal motor del retroceso”, subrayó.

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