El juez de la causa brindó documentos que prueban que el dinero era desviado a seis empresas. La organización liderada por Belliboni hacían cheques a favor de la imprenta del partido.
La Justicia ha reunido nuevas pruebas que complican aún más al Polo Obrero en la causa que investiga una millonaria defraudación al Estado Nacional. Se acusa a la organización de desviar millones de pesos del programa Potenciar Trabajo hacia una red de empresas que habrían emitido facturas falsas para justificar gastos y ocultar el verdadero destino del dinero.
El juez federal Sebastián Casanello ha identificado ya a seis empresas involucradas en el desvío de fondos del Potenciar Trabajo. Estas empresas habrían sido utilizadas por el Polo Obrero, liderado por Eduardo Belliboni, para justificar parte de los $360 millones transferidos por el Estado. En lugar de beneficiar a los destinatarios del programa, el dinero habría sido desviado para autofinanciar a la organización.
Entre los nuevos hallazgos, los investigadores descubrieron que el Polo Obrero presentó facturas de una empresa proveedora de handies, la cual posteriormente transfirió dinero a otra empresa investigada. Además, se investiga la compra de siete computadoras a una compañía sin antecedentes ni oficinas, y la contratación de una agencia de publicidad que utilizó fondos estatales para realizar una campaña digital para el Partido Obrero.