MITOS Y VERDADES SOBRE LA CREACIÓN DEL ESCUDO NACIONAL: RADIOGRAFÍA DE CADA SÍMBOLO Y LO QUE REPRESENTA

Agustín José Donado tenía 45 años cuando era uno de los diputados que conformaban la Asamblea del Año XIII. El hombre tenía facilidad para el dibujo, disciplina que había perfeccionado en las clases que le dio el profesor de arte Juan Antonio Gaspar Hernández. Asistió a la Academia de Dibujo cuando recién abría a instancias de Manuel Belgrano cuando se desempeñaba como secretario del Consulado de Comercio.

El porteño Donado era un masón que representaba a la provincia de San Luis y defendía la postura sanmartiniana de declararnos libres e independientes. Fue uno de los motores de la revolución cuando aún el 25 de mayoestaba en los planes de unos pocos. Además, este hombre había sido un importante donante de caballos para el Regimiento de Granaderos.

La veta artística de Donado fue requerida por sus pares cuando cayeron en la cuenta que debían tener un sello para autenticar los actos de gobierno “en sus diplomas y contestaciones oficiales”. De paso, La Asamblea también pensaba usarlo para acuñar moneda propia.

Primero fue la escarapela para que nuestros soldados, que vestían con lo que tenían a mano, pudieran identificarse en los campos de batalla. Belgrano se animó a más y creó la bandera, que en un primer momento causó escozor en el Primer Triunvirato.

Los congresales se reunieron a las 9 de la mañana del domingo 31 de enero de 1813 en el Fuerte. De ahí, todos a la Catedral para “implorar el auxilio divino”. Juraron de dos en dos sobre los Evangelios. Luego sesionaron en el Consulado, que se levantaba en el solar que hoy ocupa el Banco de la Provincia de Buenos Aires, en San Martín y Mitre.

Una de las primeras medidas adoptadas por la Asamblea del año XIII fue declarar como libres a los hijos de esclavas, nacidos desde el 31 de enero de ese año. También se suprimieron la mita, el yanaconazgo, el tributo y los títulos de nobleza y se suspendió el juramento al rey Fernando VII.

En las primeras semanas de sesiones, sólo hubo buenas noticias. El 5 de febrero se conoció la victoria de San Martín en San Lorenzo y el 3 de marzo se festejó el triunfo de Belgrano en Salta. Tanto el gobierno como la iglesia se hicieron los distraídos y dejaron pasar que era el primer día de la cuaresma: en la plaza se armó un baile para festejar. Las autoridades debieron iluminar la zona porque duró hasta pasadas las 11 de la noche. Al día siguiente se celebró la victoria con una corrida de toros. Ya habría tiempo para la observancia religiosa para recibir la Pascua como corresponde a la fe.

Se daría el visto bueno a la escarapela, a la bandera y se encargó la composición de una canción patriótica, el himno nacional.

Como el gobierno había dispuesto quitar de todas las dependencias oficiales el escudo de armas de Castilla, era necesario reemplazarlo por uno propio, más acorde a los tiempos que se vivían.

Donado, que desde 1809 administraba la imprenta de los Niños Expósitos, se le encargó la tarea de diseñar y encargar un sello, que acompañaría a toda la papelería oficial.

Al parecer, la persona indicada para hacer ese sello vivía en Buenos Aires. Era Juan de Dios Rivera Tupac Amaru, le decían “el inca”. Luego de la derrota de su pariente José Gabriel Condocarqui, Tupac Amaru II, con su familia se estableció en Córdoba primero, luego en Luján y por último en la ciudad de Buenos Aires. Era un platero al que se le adjudica el único retrato a lápiz hecho de Mariano Moreno.

Sería uno de los primeros escudos que tendría América. Posee dos cuerpos, uno superior azur (azul celeste) y otro inferior, plata (blanco). Los antebrazos simbolizan la hermandad de las provincias y el gorro frigio rojo -la libertad- está orientado hacia la izquierda, signo jacobino. Está sobre una pica, que es el compromiso de las provincias de defender esa libertad. El sol, de 16 rayos rectos y flamígeros intercalados, nos habla del nacimiento de una nueva nación. En cuanto a los laureles, representan la victoria en el logro de la independencia. La cinta, en el extremo inferior, en forma de moño, es símbolo de unión, y sus colores azul y blanco representan la nacionalidad argentina. Alrededor lleva la leyenda: “Supremo Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.

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