Es el ingeniero peruano Manuel Choqque Bravo, quien busca maximizar los beneficios nutricionales de estos tubérculos y que, además, sean resistentes a las sequías o a nuevas plagas. Cómo influyó la tradición familiar en su labor y cuáles son las características de sus creaciones
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), “la papa, conocida como Solanum tuberosum L, constituye uno de los cinco cultivos más importantes del mundo. Se cultiva en más de 150 países, en todos los continentes, con una superficie ocupada de más de 20 millones de hectáreas, y es consumida habitualmente por miles de millones de personas”.
Para la FAO, este tubérculo “desempeña un importante papel en la seguridad alimentaria y nutricional y es la fuente de una amplia industria de varios productos elaborados. Ofrece una fuente rica en hidratos de carbono, antioxidantes y nutrientes como parte de una dieta equilibrada y, además, tiene una gran diversidad genética: hay más de 5.000 híbridos, variedades y cultivares de papas, muchos de los cuales se circunscriben a la región del Altiplano en América Latina”.
Justamente en lo que respecta a la diversidad genética de la papa en América Latina, un testimonio de primera mano es el de Manuel Choqque Bravo, un argentino especialista y referente de la papa andina, que ha sido preservada por agricultores durante siglos y ha mostrado un mayor potencial a nivel nutricional. Incluso, en el último tiempo esta variedad ganó popularidad por sus atractivos usos culinarios.
“A nivel mundial, la papa ha sido un alimento desprestigiado. Se dice que es pobre en nutrientes, que es a base de carbohidratos o que sirve únicamente como guarnición para acompañar una proteína. De hecho, hace décadas atrás se ha llegado a decir que la papa engorda”, introdujo Choqque Bravo.
Una vez recibido, este ingeniero agrónomo se enfocó en el mejoramiento genético natural de papas nativas andinas, logrando un aporte multifuncional: potenciar sus propiedades antioxidantes y obtener más ventajas nutricionales respecto a otras variedades.
“Mis investigaciones fueron motivadas principalmente por intentar cambiar esa percepción acerca de la papa porque eran puros mitos. Es un alimento milenario que tiene muchísimas propiedades antioxidantes. Nuestro trabajo (mi padre y yo) se enfocó en hacer un mejoramiento genético de este alimento”, señaló Choqque Bravo.
Y detalló: “En la actualidad, las más de 380 genéticas que surgieron a partir de distintos cruces de nuestras papas andinas, lo que yo llamo superpapas, poseen 10 veces más antioxidantes que los arándanos, 5 veces más vitaminas C que los cítricos, alto porcentaje de hierro y dos tipos de proteínas”.
Recientemente, este experto fue distinguido por su trabajo con las papas andinas entre los “50 Next”, un listado de los jóvenes que marcan el futuro de la gastronomía mundial. Choqque Bravo representa el orgullo de una familia de agricultores que decidió convertir sus tubérculos en las estrellas de la mesa gastronómica. “Nos especializamos en el desarrollo y generación de variedades de colores, las superpapas. Tienen un valor nutricional muy superior a las variedades comerciales, además de su enorme capital genético, donde potencialmente podemos encontrar soluciones mediante la generación de nuevas variedades resistentes a las sequías o a nuevas plagas”, destacó.
Cabe recordar que en Argentina la papa andina se cultiva, principalmente, en Jujuy, Salta y Catamarca, pero en los últimos años la ciudad de Mendoza -de la mano de productores y emprendedores locales- ha impulsado el cultivo por sus extraordinarias características y propiedades.
¿Cómo comenzó la trayectoria de Choqque Bravo en el rubro? Así lo contó: “Soy cuarta generación de una familia de agricultores, crecí en un valle privilegiado a 3740 metros de altura, lo que desde siempre creó una confluencia de brisas y soles que hizo del terruño un espacio privilegiado para la siembra de tubérculos. Mi madre, Victoria Bravo, todavía vende las ocas y tubérculos en la feria de Huancaro todos los sábados en Cusco. Desde chico estuve en contacto con el negocio familiar pero al cumplir 18 años me fui a estudiar a la ciudad, a la Universidad San Antonio Abad, y regresé como ingeniero agrónomo a terminar de hacerme cargo del negocio que inició mi padre”.
“Junto con mi hermano y mi padre nos enfocamos puntualmente en la innovación -siguió el ingeniero agrónomo-, precisamente en el mejoramiento genético natural (cruce por polinización directa en el mismo campo) de papas nativas. Así, las papas no solo calmarían el hambre, sino que tendrían un aporte multifuncional (alimentar y mejorar sus propiedades antioxidantes) y más ventajas frente a otras variedades. En el patrimonio genético de las papas andinas podemos encontrar soluciones a muchas problemáticas, inclusive de plagas, justamente por su riqueza genética”.
De acuerdo al relato de Choqque Bravo, a partir de caracterizar las variedades de papas que cultivaba con su padre y determinar los distintos pigmentos que tenían, empezaron trabajar en el “mejoramiento genético que hoy permite comercializar esta variedad de superpapas en restaurantes y hoteles en Lima, Perú. Es que dependiendo del tipo de suelo y altitud, se puede adaptar el cultivo a las condiciones del medioambiente”.
“Además de compartir mis investigaciones en base al conocimiento ganado y las posibilidades que se pueden desarrollar a partir de entender las condiciones del suelo y el cultivo, sumado a las mejoras genéticas que se puede lograr en el cultivo a partir de determinados cruces, yo siento que es una parte de compartir y conservar mi historia, mi tradición y mi cultura. La papa andina puede ser una alternativa a la desnutrición infantil en los Andes del Perú, utilizando una metodología ancestral y material genético de la región”, sostuvo el ingeniero agrónomo.
Y relató: “De muy joven tuve la formación de investigador y aprendí el trabajo de mejoramiento genético que hoy en día plasmo en mi proyecto. Esto consiste en rescatar conocimiento ancestral, tecnología y material genético que se está perdiendo. Rescatamos material genético que se estaba perdiendo en los Andes del Perú y lo empezamos a cultivar”.
“Para mi equipo de trabajo es importante rescatar variedades ancestrales -siguió Choqque Bravo-, ya que a partir de ellas hacemos el mejoramiento genético usando una metodología llamada polinización dirigida y haciendo retrocruces. Hace miles de años se hace esto: en Perú hay registros de aproximadamente 6400 variedades de papa nativa y todos nos preguntamos cómo aparecieron. La única forma de sacar nuevas especies o nuevas variedades es haciendo estos cruces, que es el mismo método de las abejas: polinizar de una variedad a otra y sacar nuevos híbridos”.
En ese sentido, el agrónomo reveló una de sus creaciones culinarias: “Hace unos años, con el objetivo de financiar el mejoramiento genético de nuestras superpapas comenzamos con un emprendimiento desarrollando nuestras propias bebidas. Los resultados fueron muy buenos, causando mucha curiosidad tanto en Perú como en Mendoza. El resultado es una bebida alcohólica fermentada a base de ocas (NdeR: una planta conocida como papa oca que se cultiva en la región), que posee una graduación de 2.8 grados. No es uva, es a base de fermento de oca, que tiene azúcar natural y fue justamente esta característica lo que disparó la idea de esta bebida. El resultado de la versión blanca es similar a un Sauvignon Blanc.
Con casi 400 variedades registradas de papas nativas, Choqque Bravo fue uno de los invitados al Encuentro de Cultivos Andinos Mendoza 2023. Allí, pudo compartir su experiencia y conocimiento en sus técnicas de cultivo, especialmente en lo referente al cruce y creación de nuevas variedades que han llevado a mantener vivo el patrimonio de la papa andina en Argentina y países andinos.
Este cónclave fue organizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y se insertó dentro de una estrategia conjunta con el CONICET para ampliar las zonas de cultivo de la papa andina, fomentando un mayor crecimiento en otras regiones de Argentina para que se conozca, se cultive, se comercialice y se disfrute de un verdadero arcoíris de sabores, texturas y colores.
“Nosotros siempre nos centramos en compartir nuestra experiencia y knowhow con otros productores o emprendedores, como fue el caso de lo recientemente sucedido en Mendoza, o nuestra alianza con la marca de Papas Fritas Gauchitas, que han demostrado poder elaborar un snack saludable de papas fritas andinas, un producto diferente, innovador y nutritivo”, detalló Choqque Bravo.
Por su parte, Luciano Cabrales, socio y responsable comercial de Papas Fritas Gauchitas, dio los pormenores de la participación del ingeniero agrónomo, que fue impulsada por la compañía: “La visita de Manuel se enmarca dentro de la tarea que realizamos con Gauchitas para difundir el cultivo y consumo de papa andina en Argentina; y con el que buscamos darle continuidad al trabajo que venimos desarrollando desde el 2017 en La Puna y con el INTA. Estamos muy contentos porque en el encuentro Manuel pudo intercambiar conocimientos con productores y referentes de éste cultivo en Argentina”, manifestó Luciano Cabrales, socio y responsable comercial de Papas Fritas Gauchitas.