Casi como un símbolo ineludible del populismo en donde sea que se encuentre, el presidente Alberto Fernández se dirigió personalmente a los sectores más carenciados del conurbano bonaerense, ese que justamente le dio la espalda en las últimas elecciones, y cumplió con una de las máximas de la demagogia. Se sentó con ellos, en una humilde silla, en medio de un patio viejo y descascarado, posando para las fotos de sus empleados de prensa con el gesto cabizbajo, preocupado.
Poco sabían quienes le dictaban con entusiasmo los problemas que los aquejan a diario, y que él anotaba en un improvisado cuaderno, que la lapicera que sostenía el presidente en su mano simbolizaba la enorme distancia entre la clase política y aquellos que los votan.
En efecto, el presidente anotó “los pedidos de los pobres” con una pluma Montblanc Noblesse Oblige de laca negra, bañada en oro y ataviada con un plumín de oro de 14 kilates, cuyo valor de mercado es de 85 mil pesos.
En pocas palabras, el presidente Alberto Fernández tomaba nota de los pedidos de alimentos y la falta de servicios básicos de los vecinos con una lapicera cuyo costo superaba varias veces lo que cualquiera de ellos cobra por mes.
Casualmente, y pocos días después de que el primer mandatario inauguró el nuevo gabinete presidencial conformado a gusto de su vice, Cristina Fernández de Kirchner, desde Casa Rosada se aprobó una insólita licitación que osciló entre los 2.3 y los 3.7 millones de pesos en productos de oficina. Resulta más que evidente que a Alberto Fernández, si algo no le falta, son lapiceras y blocks de notas.
MONTBLANC, LA OBSESIÓN DE CFK
Mientras en el Museo del Bicentenario se exhibe la lapicera Bic con la que Néstor Kirchner firmó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, los allanamientos de Bonadío en las propiedades de Cristina Fernández de Kirchner en el año 2018 dieron cuenta de una predilección por atesorar costosas lapiceras en la que se destaca la reina de este rubro, Montblanc.
Entre las Montblanc halladas en El Calafate se destacaron dos, pertenecientes a la colección Princesa Grace de Mónaco. Se trata de una edición especial de la firma diseñada con una especie de escote femenino con un acabado dorado rosa. Su precio ronda los 1200 dólares.
Cross fue otra de las marcas halladas entre las lapiceras de Cristina: una de las compañías más antiguas dedicadas a la escritura. Si bien hay modelos de alto valor, se pueden conseguir algunas plumas a precios màs accesibles que las Montblanc.