Gabriel Solano embistió contra Milei, habló de las internas en la izquierda y advirtió: “Con el kirchnerismo no tenemos nada que ver”

El dirigente trotskista confirmó que no apoyarán la suspensión de las PASO que impulsa el oficialismo. Se refirió a la actualidad política y económica y apuntó con dureza contra el peronismo y los sindicatos

El dirigente trotskista Gabriel Solano embistió con dureza contra el diputado libertario Javier Milei, habló sobre las internas que se agitan en la izquierda por las candidaturas y cuestionó al peronismo y a los sindicatos. “Nosotros con el kirchnerismo no tenemos nada que ver. Queremos que los trabajadores superen esa experiencia”, manifestó.

En una entrevista con Infobae, el diputado de la ciudad de Buenos Aires y miembro del Partido Obrero confirmó el rechazo al proyecto de suspensión de las PASO que impulsa un sector del oficialismo y defendió las tomas de los colegios porteños. También se refirió a la polémica en torno a las protestas de los grupos piqueteros y calificó de “infamia” las acusaciones sobre que “hacen política con la plata de los pobres”.

“En un país de tanto ladrón y chorro hay que desconfiar de todos, la desconfianza es muy sana. Hubo una denuncia contra Eduardo Belliboni y contra mí por el financiamiento de la organización, pero no pasó nada. Es una infamia decir que hacemos política con la plata de los pobres”, aseguró.

Solano defendió la toma de escuelas porteñas. “Va a seguir pasando”, advirtió.

Las principales definiciones del dirigente del Partido Obrero en el reportaje

1- “Nosotros con el kirchnerismo no tenemos nada que ver. Queremos que los trabajadores superen esa experiencia”.

2- “Categóricamente no vamos a votar con el Gobierno la eliminación de las PASO. Eso no implica que estemos a favor. Es una manipulación suspender ahora las PASO, ya es una joda. No se puede hacer y no lo vamos a acompañar”.

3- “Considero a Milei un fascista, lo que no quiere decir que haya un movimiento fascista detrás de él todavía para hacer un gobierno fascista. Ellos siempre fueron movimientos de masa, acá todavía no. Vamos a ver si lo logra pero es evidente que es una cosa nueva”.

4- “El peronismo está aplicando todo junto -como Frente de Todos- el pacto con el Fondo Monetario Internacional. Cristina no abre la boca, Máximo no abre la boca. Acá puede haber una gran crisis del peronismo”.

5- “Argentina tiene un gran problema: una burocracia sindical del peronismo que es completamente traidora y es un lastre para los trabajadores. Dicen que sin el peronismo no se puede gobernar porque tienen a los sindicatos condenando al pueblo a la pobreza, porque evitan que el pueblo luche”.

6- “Hay una especie de derechización por arriba muy pronunciada, pero no sé si por abajo la gente lo vive de ese modo. Hay un pueblo que está muy cansado de pasarla mal”.

7- “Hay un principio de polarización política más nítido. El programa de Milei es un programa a rabiar capitalista, de eliminar todo derecho laboral, privatizar la salud, la educación, todo. Nosotros somos contrarios, opuestos. En común, hay que ambas cosas son parte de una gran desintegración del régimen político argentino”.

8- “Argentina tenía dos partidos tradicionales: el peronismo y el radicalismo y eso se vino abajo en 2001, con una gran crisis que cumplió 20 años. Ahora estamos por cumplir 40 años de la democracia argentina, que es una democracia que fracasó”.

9- “Nuestra democracia fracasó porque representó los mismos intereses que la dictadura militar. La democracia que venía a prometer que con la democracia se come, se cura y se educa, no te curás, no te educás y no comés”.

10- “La democracia fracasó y el pueblo argentino se ve desilusionado. En parte, el crecimiento de Milei se debe a este hecho, cuando dice “casta, casta, casta”, está explotando por derecha una desilusión que existe. Y la izquierda haría muy mal si defiende acríticamente esto”.

11- “No veo en Argentina un fenómeno de polarización como el de Brasil, sino un fenómeno de mayor desintegración del régimen político argentino. Las dos fuerzas que gobernaron décadas no van a concitar la atención de la mayoría del pueblo cuando son tan negativos los resultados”.

12- “Argentina necesita un presidente trotskista. Argentina no tolera más gobiernos radicales, peronistas, macristas ¿o vamos a ir al 80% de pobreza de los pibes? Si a este país no lo gobierna la izquierda, Argentina se va a pique”.

13- “Los empresarios siempre van a llorar pero se la están llevando en pala. Hoy el salario medido en dólares en América Latina es el más bajo. ¿Cómo se van a ir? De acá no se va nadie, si están haciendo terribles negocios”.

14- “En el Frente de Izquierda, el PTS anunció candidatos a presidente en junio pasado para una elección que va a ser en agosto del año que viene. Un laburante que no llega a fin de fin de mes dice ¿esta izquierda está pensando en mí o en ella? Es un espectáculo que no corresponde en un país que tiene 50% de pibes pobres”.

15- “Es una posibilidad ser candidato a jefe de gobierno. Conozco mucho la ciudad de Buenos Aires y estoy bastante en contacto con sus problemas, pero las definiciones electorales son el año que viene y dependerá de un debate en el Frente de Izquierda y en mi partido, el PO”.

16- “Estoy a favor de un impuesto a la vivienda ociosa que sea progresivo. Alguien puede tener un departamentito que recibió de herencia, pero hay gente que tiene 30, 40 o 50 viviendas, porque la vivienda se convirtió en reserva de valor, es un activo dolarizado. Esas tienen que estar alquiladas: viviendas vacías con gente sin vivienda es una cosa irracional del sistema capitalista”.

17- “Sí, estoy a favor de la toma de escuelas. Hay ocupaciones de colegios en la Argentina desde el año 1796 y te puedo asegurar que las va a seguir habiendo, va a seguir pasando”.

18- “El peronismo siempre quiso capturar a la izquierda porque el peronismo necesita que los trabajadores, la juventud, la clase obrera no tenga una actividad política independiente, sino que se integre el Estado y vaya detrás de la burguesía”.

19- “Perón formó la Triple A, que fue terrorismo de Estado antes del terrorismo de Estado de Videla, Massera y Agosti. Perón tenía miedo no de que nos voten, sino de que los trabajadores desarrollen una actividad revolucionaria.

– ¿Qué significa ser trotskista en general y qué significa ser trotskista en Argentina?

Argentina es un país muy trotskista. Es uno de los países donde el trotskismo tiene más presencia. Ser trotskista hoy, para simplificarte es luchar por el socialismo. No hay otras corrientes de izquierda, ni en la Argentina ni en el contexto mundial que se definan como socialistas. La izquierda, en general, se hizo capitalista, porque la izquierda en general estuvo hegemonizada por los partidos comunistas. Los partidos comunistas se fueron reconvirtiendo en partidos que defienden el capitalismo. En Argentina mismo lo que queda del Partido Comunista, que es algo medio residual, integra al Frente de Todos.

– Quedó disuelto dentro de la coalición oficialista.

Claro. En Chile, el Partido Comunista integra la coalición de (Gabriel) Boric. En Brasil, el Partido Comunista integra la coalición de Lula. En el caso uruguayo, ni que hablar, más todavía porque tiene más fuerza y el Partido Comunista dirigió la ciudad de Montevideo e integró siempre el gobierno del Frente Amplio. Son gobiernos capitalistas, aunque después vamos a abrir un juicio sobre cada uno, pero son gobiernos capitalistas. El trotskismo defiende el socialismo, es una oposición al capitalismo. Es capital, el punto de partida. En Argentina, en particular, el trotskismo tiene mucha presencia. Y hoy la izquierda dominante en Argentina es el trotskismo.

– Claro.

Por eso, se usa izquierda y trotskismo como sinónimos, porque el Frente de Izquierda que hoy tiene la primacía dentro de la izquierda argentina, las cuatro fuerzas que la integran se reivindican como trotskistas. Y la izquierda que no están en el Frente de Izquierda, la inmensa mayoría forma parte del Frente de Todos.

Tenemos una diferencia muy clara: unos están gobernando el pacto con el Fondo Monetario y nosotros nos oponemos, en una estrategia socialista.

– En Argentina, decir “trosco” es decir que quieren romper todo, que quieren dar vuelta todo, es un poco así la lógica.

Depende. Acá tiene que ver mucho con el tono. La misma palabra dicha de distinto tono cambia mucho. Se lo usa mucho como sinónimo de intransigencia. Pero en un país tan oportunista no está mal la intransigencia.

– ¿Es decir que vos te reivindicás como “trosco”?

De la mañana a la noche: me levanto como trosco y me voy a dormir como trosco, porque tengo convicciones muy profundas. Pero ¿a qué me refiero con intransigencia? No es intransigencia en el sentido del fanatismo, porque yo soy adversario de eso. El fanatismo va muy cerca de la necedad, de alguien que no escucha argumentos, que no puede progresar. No. Es intransigencia en el sentido de defender principios.

– ¿Y cuáles son esos principios?

Lo que te decía. Los principios del socialismo, de la defensa de los trabajadores, de la lucha anti imperialista, de la defensa de las mujeres, del movimiento ambiental, de cosas muy importantes. Hay otros sectores muy oportunistas: uno ve a La Cámpora y el oportunismo es escandaloso. Hay una represión enorme al pueblo mapuche en la Patagonia y no abren la boca. Massa aplica un ajuste del Fondo Monetario, que yo lo entiendo como un ajuste muy fuerte, y no abren la boca, se acomodan. Yo los veo -y no quiero hacer nombres propios para no ofender a nadie- pero siempre preguntan o consultan para ver si pueden decir o no tal cosa. En esa consulta hay un hecho de oportunismo. Si lo hace tal, lo criticamos y si lo hace otro, no, porque ese otro no sé qué cosa.

La intransigencia entendida como yo lo entiendo, como una defensa del principio y no como una cosa fanática o necia, creo que es un activo, no es un pasivo nuestro. En Argentina, hay trotskistas que luchan en los sindicatos, en los movimientos barriales, hay trotskistas que luchan en el movimiento estudiantil, está muy extendido.

Los que más usan al trotskismo como algo despectivo es el peronismo, porque quiere hacerles creer a los trabajadores que a su izquierda no hay nada. Y no: a la izquierda de ellos está el trotskismo.

– Esa relación que tiene el peronismo con la izquierda es una relación que tal vez se volvió simbiótica a partir de los 70. Con Montoneros y otras organizaciones peronistas de izquierda.

Creo que la izquierda en un momento se hizo peronista y al hacerse peronista se tendió a disolver.

– ¿La izquierda se hizo peronista o el peronismo se hizo de izquierda?

No. En los 70, el peronismo se hizo de izquierda y el peronismo formó la Triple A. Te lo afirmo: el peronismo formó la Triple A y eso está documentado y hay suficiente material historiográfico como para poder afirmarlo. Fue una especie de tragedia nacional. Una generación -o una parte de una generación- que había hecho el Cordobazo, que se peronizó.

Perón y luego Isabelita y López Rega, crean la Triple A, que fue terrorismo de Estado, que precedió el terrorismo de Estado de Videla, Massera y Agosti. El peronismo, lejos de irse hacia la izquierda, originalmente Perón tenía formaciones especiales y cierta demagogia para intentar capturar una juventud impactada por el Cordobazo, la Revolución Cubana y todo lo que ya sabemos. El Mayo Francés, la Primavera de Praga, pero eso fue una cosa muy transitoria, inmediatamente lo voltea a Cámpora. Es la historia de los años 70 y termina aplicando el terrorismo de Estado el propio Perón. Miguel Bonasso lo plantea, que fue secretario de Prensa de Cámpora, no lo digo yo como trotskista.

– ¿Por qué creés que el peronismo quiso capturar a la izquierda?

Es así. El peronismo siempre quiso capturar a la izquierda porque el peronismo necesita que los trabajadores, la juventud, la clase obrera no tenga una actividad política independiente, sino que se integre el Estado y vaya detrás de la burguesía. ¿La frase de Perón cuál era? Que la clase obrera es la columna vertebral del movimiento peronista.

– Exacto

Bueno, pero la columna vertebral no es la cabeza. La cabeza era Perón. La columna vertebral es la que, en el cuerpo, soporta todo el peso. La clase obrera se hacía cargo del peso y la cabeza era Perón. Nuestro movimiento tiene a la clase obrera como cabeza. Y los trabajadores tienen que independizarse del peronismo.

– Pero si está este concepto tan claro, ¿por qué la clase obrera, los trabajadores votan peronismo o incluso a otras fuerzas políticas y no al trotskismo?

En la historia hubo idas y venidas, no es lineal. Si hicieron un golpe militar en el 76 y antes Perón formó la Triple A fue porque Perón tenía miedo de que eso ocurra. No que nos voten, más que que nos voten, que los trabajadores desarrollen una actividad revolucionaria. Entonces, lógicamente, viene una dictadura militar, fue una masacre y antes el peronismo generó un retroceso. Hay avances y retrocesos. Luego hubo una lucha internacional de los trabajadores, la Revolución Rusa lamentablemente, y transitoriamente te diría yo, fue bloqueada, fue derrotada, pero la historia no terminó.

Francis Fukuyama dijo que la historia terminó y hoy tenemos una guerra intensísima con enormes preparativos para que se generalice, incluso en Asia, hasta con China y todo. Entonces eso no terminó, hay triunfos, hay derrotas y los movimientos van avanzando y retrocediendo.

– Pero volvamos a Argentina.

Ahora, en la última década en Argentina las cosas van cambiando porque en Argentina vos tenías un barrio, a Laferrere, a Berazategui, a Florencio Varela y el peronismo era amo y señor. Hoy te vas a cualquier barrio del Gran Buenos Aires y lo hago extensivo a todo el interior del país o a las villas de la Ciudad de Buenos Aires y hay militantes trotskistas, que organizan esas barriadas y es de una manera masiva.

Por eso Cristina Kirchner, dijo en sus discursos “sáquenle los planes a los movimientos sociales y dénselos a los intendentes”. ¿Y por qué? Porque ella quiere bloquear que por izquierda se organice un movimiento, porque se está organizando.

– ¿Creés que por el crecimiento de la izquierda y porque la izquierda también está gestionando esos planes sociales?

La izquierda está peleando. Nosotros no tenemos planes sociales propios. La izquierda lucha contra el Estado que condena a la población a la miseria, para que transitoriamente tenga una asistencia por parte de ese Estado. A Cristina le molesta eso y se los quiere dar a los intendentes del peronismo, no por un tema de transparencia. Nada menos transparente que un intendente peronista de la provincia de Buenos Aires.

 ¿Es política, poder?

Es política, es poder y es fortalecer un aparato del Estado que contenga, que reprima y regimente a los trabajadores en el momento de crisis. Cristina dio otro discurso, creo que fue en Ensenada, en oportunidad de un aniversario de la vuelta de Perón y dijo “ojo, que esta gente lleva banderas políticas, cuando van a hacer una lucha”. Entonces ¿cuál es el tema acá de fondo? El tema es que hoy hay una dinámica de crecimiento, especialmente de nuestra fuerza política, en las barriadas, en las fábricas y en los centros de estudiantes, en oposición a ese movimiento peronista.

– Ese crecimiento también está impulsado por organizaciones que al mismo tiempo en que tienen una idea política gestionan planes sociales. Es una situación nueva.

Lógico, porque en Argentina hay una miseria estructural que se ha instalado, que hace que millones y millones coman en un comedor popular. A nosotros nos gustaría que la gente pueda comer en su casa. Que el trabajador y su familia coman en sus casas y si quieren comer en un comedor popular que no sea por obligación sino porque decidieron organizarse de ese modo.

Hoy no ocurre y hay una necesidad. Eso, para poder lograrlo, se hace luchando y en muchos lugares -es importante que se sepa- gracias a ese trabajo y esa organización que tiene a las mujeres como grandes protagonistas, una parte significativa de nuestro pueblo tiene la comida. Que eso se logre por cuadros trotskistas, como empezó este reportaje, lo destaco, porque los cuadros peronistas no lo hacen. Son burócratas que están integrados a los intendentes, a los sindicatos, al Estado nacional.

Te pongo el ejemplo, cuando decidieron quitar los planes sociales a los pibes que tenían una beca para estudiar. Se produjo una rebelión y nuestros compañeros decidieron hacer un acampe en el Obelisco y la minoría eran del Polo Obrero. Se logró un triunfo para todos, para los que están en el Movimiento Evita y para todos. Pero ellos no salieron a luchar, porque son parte del Ministerio. Las organizaciones que están dentro del Estado terminan dándole la espalda a los reclamos de sus propias bases. La independencia frente al Estado es un tema prioritario, sino los movimientos populares se gangrenan por dentro.

– ¿Las organizaciones trotskistas no terminan dependiendo también del Estado con los fondos que les envían por medio de los planes sociales?

No, porque los planes sociales directamente los cobran en sus tarjetas de débito. Nosotros no tenemos ningún peso de eso, lo cobran directamente. Pienso que es al revés: los que luchan contra el Estado somos nosotros.

– Hubo una polémica muy grande sobre si les pagaban o no, si les descontaban plata que cobraban de los planes. Si era voluntario o no. ¿En qué quedó esa discusión?

Me parece perfecto. En un país de tanto ladrón y chorro, hay que desconfiar de todos y eso lo saludo. Parto de que la desconfianza es muy sana y la fomento. Judicialmente cero. Hubo una denuncia contra Eduardo Belliboni y contra mí. Como nadie nos llamaba decidimos presentarnos para ver qué hay. Nos dijeron “todavía no hay nada, los vamos a llamar si hay algo”.

No sé cuánto pasó ya, meses, y nadie nos llamó. Porque no hay nada, no va a haber nada y no habrá nada. La idea de que nosotros cobramos no es cierta, si nosotros no cobramos nada, si la gente cobra su tarjeta de débito y de una manera muy clara.

– Cuando el Polo Obrero, el trotskismo, la izquierda se instala en la avenida 9 de Julio genera un campamento de mucho impacto social, impacto público y se ven baños químicos, hay una estructura alrededor que depende de un financiamiento, que de algún lado sale.

Es como los sindicatos, se financia de aportes voluntariamente. Acá se hacen aportes voluntarios, se hacen fiestas, se hacen rifas, se hace de todo. Si queremos a un pueblo ajustarlo, condenarlo al hambre y por otro que no se organice, es demasiado. Se van a organizar del modo que puedan, para poder hacer alguna medida de lucha, y tienen todo el derecho para hacerlo. Sino, solamente pueden hacer política los ricos.

– Comparto esa perspectiva.

Cuando van todos al Hotel Alvear y después pasan la gorra, ese acto después tiene para el pueblo argentino un costo. El que fue ahí y puso plata para la campaña de menganito y sultanito, se gastan 400 millones en campaña, después todo vuelve: te dan un yacimiento, otra cosa, pero todo vuelve a ese nivel, con obra pública, concesiones. En nuestro caso es lo contrario: somos una fuerza que se organiza de abajo juntando mango por mango. Yo pateo mucho ¿sabés la cantidad de polladas a las que voy? Como empanadas fritas, la gente se organiza como puede. Hemos dicho, vayan los medios de comunicación a los comedores para ver cómo se organizan, la rendición de cuentas democrática que existe. En la Justicia nos presentamos y fuimos y no hay nada.

– Es complejo igual, que a una persona que recibe un plan social se le esté pidiendo, entre comillas, condicionado a dar un aporte de esa plata.

Ahí está el tema. Condicionado no está, es una decisión personal y voluntaria. A uno lo pueden hacer una vez y otra vez no, porque no tiene la posibilidad de hacerlo, o colabora haciendo rifas.

– ¿Quién define cuándo sí o cuando no?

La persona. ¿Qué pasa con el sindicato? Te lo descuenta por recibo, como agente de retención. Te preguntan, porque la afiliación en Argentina es voluntaria. Me puedo afiliar y al otro día me retienen de mi recibo de sueldo el aporte sindical. Acá no, no se le puede decir al Ministerio de Desarrollo Social descontarle equis porcentaje. Las personas cobran integralmente, después no hay altas y bajas. No se pueden dar bajas.

– ¿Qué les respondes a los que plantean que están haciendo política con la pata de los pobres?

Es una infamia y siempre algo van a decir, pero nosotros tenemos el deber, como socialistas, de estar frente a nuestro pueblo que está más empobrecido. Un partido que se reclama de los trabajadores, de la clase obrera, del pueblo empobrecido, que le da la espalda a los sectores que la pasan peor no merece llevar el nombre de Partido Obrero o Polo Obrero, lo que sea, o socialista.

Los socialistas estuvieron siempre identificados con las causas populares y los sectores empobrecidos. Así ha sido siempre la historia y nuestra actividad no se limita solo al movimiento desocupado.

Salió Pablo Moyano a decir “partidos sin obreros”, después, con la huelga del neumático, eran todos del Partido Obrero. Siempre te dan, te critican, depende como quieran. En los colegios secundarios también dicen que fue el Partido Obrero. No voy a presumir de lo que no corresponde presumir, pero nuestra militancia está muy extendida en nuestro país, estamos en las 24 provincias de Argentina. En los lugares más recónditos vas a ver, te vas al Chaco al fondo y vas a ver que hay compañeros nuestros que se están organizando. Eso al peronismo le molesta mucho, porque el peronismo es un fenómeno de retroceso.

– A quién responde el Polo Obrero o el Partido Obrero que está en Jujuy, en los neumáticos, en la toma de colegios, en los piquetes. ¿Hay un comando unificado, una cabeza nacional, una conducción?

El partido tiene una conducción y el Polo Obrero no es exactamente un partido, pero acá hay que presentar las cosas de otra manera. Si vos impulsás los intereses populares, lo que estás haciendo es abrir una organización que es de los trabajadores. Lo que deciden los trabajadores del neumático lo deciden ellos en asamblea.

En el SUTNA (el sindicato del neumático) se votó democráticamente cuál es la pauta salarial que van a reclamar. Alejandro Crespo, de mi partido, él no dice lo que dice el Partido Obrero. No, van a una asamblea general y votan miles de trabajadores. Cuando hay una propuesta de la patronal, se vuelven a reunir y consideran si la propuesta es válida o no para aprobar.

Si los sindicatos funcionaran como funciona el SUTNA de la Argentina, el salario promedio de la Argentina no estaría debajo de la canasta de pobreza como está. Argentina tiene un gran problema, que tiene una burocracia sindical que es completamente traidora y es un lastre para los trabajadores. Y es una burocracia sindical del peronismo que genera que muchos digan “nos gusta Macri” o “nos gusta aquel”, pero dicen que sin el peronismo no se puede gobernar. ¿Por qué? Porque tienen a los sindicatos y vos no podés pretender gobernar un país condenando al pueblo a la pobreza, si no tenés una burocracia que evita que el pueblo luche.

– Los trabajadores del neumático festejaron, pero hubo sectores vinculados al neumático que por esa protesta terminaron perjudicados.

Vamos por parte. El perjuicio transitorio que puede haber habido, incluso le tocó al trabajador del neumático que no fue a trabajar y algún día no le pagaron. Pero yo vi entre los trabajadores un entusiasmo enorme. No del neumático. En general. Me decían “queremos tener la paritaria del neumático” o “qué bueno lo de Crespo”. Pero ¿sabés por qué? Porque una vez que ganan los laburantes, que ganan los buenos, se vive como un triunfo de todos. Lo notaba en los camioneros, el basurero que toca la bocina. El argentino tiene un problema: hay una especie de derechización por arriba muy pronunciada y no sé si por abajo la gente lo vive de ese modo. Hay un pueblo que está muy cansado de pasarla mal. Si el laburante va y gana algo, es una especie de inyección de optimismo, en un pueblo al que siempre se le da, se le da y se le da. Acá se ganó.

– Hay un crecimiento de ustedes, del trotskismo, pero también un crecimiento por derecha, tipo Milei. ¿Compartís este diagnóstico? ¿Son estos movimientos análogos? ¿Las sociedades están yendo por los extremos, sean de derecha o de izquierda?

Por supuesto. Análogos no somos, somos opuestos. Considero a Milei un fascista, lo que no quiere decir que haya un movimiento fascista todavía. Puede haber un fascista que quiere armar un movimiento fascista pero todavía no lo armó. Un fascista que no tiene un movimiento detrás no puede hacer un gobierno fascista, porque requiere de ese movimiento. Todavía no lo tiene, lo quiso armar. Fue a la cancha de El Porvenir y juntó a cuatro gatos locos. Los fascistas siempre fueron movimientos de masa, acá todavía no. Vamos a ver si lo logra.

Lo que es evidente es que esta es una cosa nueva: hay junto un crecimiento de la izquierda y es un principio de polarización política más nítido. Porque el programa de Milei es un programa a rabiar capitalista. Es eliminar todo derecho laboral, privatizar la salud, la educación, todo. Es un programa muy reaccionario y ultracapitalista contra el pueblo argentino. Nosotros somos contrarios, somos opuestos. ¿Qué tiene en común esto? Lo que hay en común es que ambas cosas son parte de un fenómeno de una gran desintegración del régimen político argentino.

Argentina tenía dos partidos tradicionales: el peronismo y el radicalismo y eso se vino abajo, se vino abajo y se vino abajo en 2001, con una gran crisis que se cumplió 20 años, ahora y ahora estamos a cumplir 40 años de la democracia argentina, que es una democracia que fracasó.

– Te pongo el ejemplo de lo que pasó en Brasil, con dos dirigentes políticos excluyentes que se llevaron el 92% de votos de todo el país. ¿En Argentina ves un fenómeno igual o creés que el trotskismo por un lado y el mileísmo por otro va a romper ese esquema?

Hoy las encuestas no dan el fenómeno de Brasil. Leí justamente encuestas estos días que decían, en oposición a Brasil, acá las dos fuerzas principales están sumando el 60 por ciento de los votos, no el 90 y pico. Hoy, veremos qué pasa, pero esa es la foto de hoy y no tengo porqué pensar que va a variar mucho. Es difícil conjeturar mucho, pero te quiero decir: hay una variante que está inscripta es que si Massa en los próximos meses se va pique y se puede ir a pique, porque estos dólares soja que juntó, en diciembre se puede quedar sin nada, que el peronismo tenga esta crisis, como fue el 2001 para el radicalismo.

¿Qué pasó con el peronismo en todo este tiempo? Tuviste el 75-76, formó la Triple A, el Rodrigazo y López Rega. Ellos atacaban al pueblo, pero después viene el golpe militar y el peronismo se hizo medio la víctima del golpe militar, cuando ellos había hecho la Triple A. Con Menem, en el 89, pasó algo parecido: el país estaba hecho pelota, pero el país le estalla a De la Rúa, dos años después, porque sostiene la Convertibilidad y le estalla la bomba en 2001.

Ahora no. El peronismo está aplicando todo junto, es el Frente de Todos, el pacto con el Fondo Monetario. Cristina no abre la boca, Máximo no abre la boca. Acá puede haber una gran crisis del peronismo. Es una variante, vamos a ver si se da, que el peronismo saque el 20 y pico por ciento de los votos. ¿Eso será o no será? No lo sabemos. Pero en la derecha hay mucha división. Y esa división tiene una explicación para mí: que vienen de gobernar.

– Con Mauricio Macri.

Claro, con Macri y les fue muy mal. Ellos dicen ¿cómo hacemos para que no nos vaya tan mal como nos fue? Un ala, que puede ser la de Patricia Bullrich, dice “hagamos la de Bolsonaro”, pero da toda la impresión de que va a perder en Brasil. A Bolsonaro no le fue tan bien. “Entonces tenemos que hacer un pacto con el peronismo”, dice Larreta. Y Macri responde: “yo ya lo hice, si el peronismo me votó más de 100 leyes durante mi gobierno”. Massa co-gobernó con Vidal en la provincia de Buenos Aires, eran carne y uña, y cómo terminaron. Acá se probó todo, diferentes experiencias y ninguna salió bien. Entonces la derecha está muy dividida.

Por eso no veo un fenómeno de polarización como el de Brasil, veo un fenómeno de mayor desintegración del régimen político argentino. Y que tiene que ver con los resultados que tienen las dos fuerzas que gobernaron décadas van a concitar la atención de la mayoría del pueblo, cuando son tan negativos los resultados.

– Pero también ese fenómeno de malos resultados pasó en Brasil, con Lula y Bolsonaro, que no tuvieron experiencias exitosas.

Lo que pasa es que Brasil no tiene un Frente de Izquierda. Ahí me meto en un tema que para mí es importante. Toda la izquierda está dentro del PT.

– Y el PT no es de izquierda para vos.

El vicepresidente de Lula es un político tradicional de la burguesía. Biden está con Lula, no tengo dudas, y Biden no es de izquierda. Lula tiene el apoyo de la mayoría de la burguesía brasileña e internacional. En una nota de The Economist explican cómo tiene que hacer Lula para ganar, colocándose así en su terreno. Él gobernó con un ministro de Economía de la banca Boston. Lula no es de izquierda y lleva como vice a un político tradicional de la burguesía.

– ¿Está en condiciones Argentina de tolerar un presidente trotskista?

Es que lo necesita. Lo que Argentina no tolera más son estos gobiernos. Lo invierto. Argentina no tolera más gobiernos radicales, peronistas, macristas ¿o vamos a ir al 80% de pobreza de los pibes? Lo que no se tolera es esto. Argentina está en decadencia: es un país que tiene crisis social, inflacionaria, de infraestructura, su matriz productiva tiende a hacer cada vez más primarizada, crisis ambiental. Lo que no se aguanta más es esto, no presidentes trotskistas. Ojalá si lo tuviéramos. Si a este país no lo gobierna la izquierda con planteamientos como los nuestros, Argentina se va a pique.

– ¿Y qué medidas no la harían ir a pique que aplicaría el trotskismo?

Algunas elementales: la primera es que nosotros terminamos con un comercio exterior cedido a las cerealeras, que hacen fortunas con el país y utilizamos el comercio exterior para relacionarnos con el mundo en función de obtener tecnología e industrializar Argentina, es clave. Mirá lo que está pasando con el litio: acaban de ir ocho gobernadores a Estados Unidos, peronistas y radicales, todos juntos con Eduardo Wado De Pedro de La Cámpora a la cabeza, a decir que la salida es el litio. ¿Le vamos a dar el litio en estado puro? Hasta Bolivia hace baterías de litio. Argentina no tiene baterías de litio. No hay ningún proceso de industrialización. Vamos a nacionalizar el comercio exterior y también la banca, porque creemos que el sistema financiero tiene que pasar a manos públicas, para que el ahorro del país se convierta en inversión.

– Pero vos sabés que cada una de esas medidas implica juicio, aislarte del mundo completamente. Si necesitás comprarte un teléfono no te lo vas a poder comprar.

Eso no es así.

– China es la potencia capitalista número uno del mundo y está sostenida por el Partido Comunista Chino.

Y no está aislada del mundo.

– Y no, porque no hace esas cosas.

Los que nos decían que iban a terminar con el aislamiento del mundo nos llevaron al default, endeudamiento récord, pero Argentina tiene la posibilidad por la materia prima que genera de tener una inserción y conseguir dólares. Nosotros somos partidarios de conseguir las divisas necesarias, porque se necesitan para industrializarse y necesita terminar una matriz productiva atrasada, como tenemos.

– ¿El atraso es venderle al mundo galletitas o un desarrollo informático o un diseño industrial?

En todos los planos tiene que avanzar el país. Hoy Argentina vende aceite de soja, litio y quiere vender energía -se quiere, vamos a ver si logramos- esto comercia el país hoy. Argentina ha retrocedido en su capacidad industrial relativamente al mundo y esto se va a profundizar en la próxima etapa con estos gobiernos que tenemos ahora. Los escuchás a todos y dicen que la salida es la minería y la soja y se acabó. Eso es un país empobrecido, con una fuerza de trabajo descalificada, eso es lo que nos ofrecen todas las fuerzas políticas acá. Nosotros planteamos otra cosa.

Un país como Argentina, que tuvo los últimos dos años y medio, bajo el gobierno de Alberto Fernández, una fuga de capitales de 35 mil millones de dólares, no es viable. Con Macri pasó lo mismo y todos nos prometían que volvíamos al mundo. Es una sangría. Si Argentina no logra que el esfuerzo y la riqueza se queden en el país, esto no camina. Tenemos la tasa de inversión más baja de la historia. Está en el 12% o 13%, es decir que no se logra reponer el capital depreciado, que se tiene que amortizar. Hace falta transformar integralmente el país, en todas sus bases sociales y eso lo va a hacer solamente la izquierda y la clase obrera argentina. Todos han gobernado: agarrá la lista, Cristina gobernó, Macri gobernó, Larreta gobernó, Massa gobernó con todos y es récord. Hace 30 años que vienen gobernando los mismos y estamos muy mal.

– ¿Cómo encaja esto que decís y que los gremios están entre los más que son más responsables del atraso argentino?

Es que toleraron esto. Para que Argentina tenga esta matriz productiva atrasada se basa en una super explotación de su fuerza de trabajo. Hoy tenemos los salarios más atrasados.

– Pero los empresarios dicen todo lo contrario.

Pero ellos siempre van a llorar. Escuchaba que decían que, ante la huelga del neumático, los empresarios se iban a ir del país. No se van a ir, si se la están llevando en pala. Hoy el salario medido en dólares en América Latina es el más bajo. ¿Cómo se van a ir? Encima exportan su producción e importan a 140 y después consiguen dólares más altos, sobrefacturan. Se la llevan en pala, de acá no se va nadie. Es al revés, no se va nadie y están haciendo terribles negocios, casi la mitad de la fuerza de trabajo no registrada y eso ocurre por los sindicalistas que tenemos, que tendrían que ser echados de los sindicatos y colocar sindicalistas combativos que defiendan a los trabajadores.

– ¿La izquierda tiene que ir a las PASO? ¿Creés que son importantes? Porque se especuló con que iban a votar con el Gobierno para anularlas.

No. No vamos a votar con el Gobierno. Categóricamente, no vamos a votar con el gobierno. Lo cual no implica que estemos a favor de las PASO. Cuando se votaron las PASO nosotros votamos en contra, porque consideramos que es un principio de la vida de los partidos políticos y es una maniobra en contra de la ciudadanía, que no se lo merece. Porque después no va nadie a las PASO y la ciudadanía va a convalidar las decisiones de los partidos. Es de locos. ¿Por qué tengo que convalidar a tal candidato si yo no soy de ese partido? Que los partidos decidan como quieran sus candidatos, de acuerdo a su ideario, a su programa, a su estrategia. Que hagan lo que quieran: nosotros no queremos que el Estado se meta en los partidos políticos. Ahí somos, claramente, liberales.

– Un principio de la democracia liberal.

Es así. Que la ciudadanía después vote a quien le parece mejor. Ahora esto es una manipulación suspender las PASO. Ahora ni siquiera es suspender, directamente es anular por única vez, como se hizo en Salta y se quiere hacer en Chubut, en Catamarca. Ya es la joda. No se puede hacer eso y nosotros no vamos a acompañar esto.

Ahora si el Frente de Izquierda va a ir a las PASO o no, en el FIT hay un debate muy claro, que se asocia a lo siguiente: ¿Qué izquierda necesitan los trabajadores en este momento? ¿Qué izquierda queremos? Nosotros pensamos que la izquierda que necesita el pueblo argentino es una izquierda muy comprometida en la lucha popular y que se esfuerce por insertarse en los movimientos de masa de la población, sino no le vamos a competir al peronismo.

No le competimos al peronismo solamente en un estudio de televisión. Sí cuando estamos en los sindicatos, en las barriadas, en González Catán, en Florencio Varela al fondo, en el Chaco, en Orán en Salta. Tenés que estar ahí, tenés que estar peleando y eso es un debate dentro de la izquierda, porque una parte de la izquierda en general está solamente en el proceso electoral y es un error.

– Vive de eso, no?

Es un grave error. En el Partido Obrero, dentro del Frente de Izquierda, creemos que representamos este punto de vista y lo que se valora de nosotros es esto. Te doy un ejemplo: en el Frente de Izquierda, una fuerza que es el PTS anunció candidatos a presidente en junio pasado, para una elección que va a ser en agosto del año que viene. ¿Cuál era mi impresión cuando lo escuché? Un laburante que no llega a fin de fin de mes y ve que la izquierda, un año y pico antes larga un candidato, ¿qué dice ese laburante? ¿Esta izquierda está pensando en mí o está pensando en ella?

– Entiendo. Myriam Bregman anunció su candidatura presidencial.

Mientras pasa eso, nos ve a nosotros que estamos peleando. A nosotros nos pueden atacar, nos pueden poner títulos en los diarios “ultra izquierda”, no importa. No se puede evitar que tu adversario te ataque. Así es la política y les asigno el derecho a que nos ataquen, pero nos tienen que ver así. Y eso está asociado a un problema de contenido político, no sólo de lucha. Somos una fuerza política que plantea la independencia de clases y esto no podemos hacerlo si no estamos en los movimientos de los trabajadores.

– ¿Qué significa esta idea de la independencia de clases?

Nosotros con el kirchnerismo no tenemos nada que ver. Queremos que los trabajadores superen esa experiencia.

– Pero la izquierda ha tenido momentos en que ha votado con el kirchnerismo. Una sesión del año pasado que al kirchnerismo le faltaban cuatro votos para aprobar un aumento de impuestos y los puso la izquierda.

El impuesto a la riqueza trucho no lo votamos porque era una mentira. Se lo gastaron con los sojeros, dándoles la guita. No estamos en contra de los impuestos, ojo, no somos Milei. Nosotros sacaríamos todos los impuestos al consumo y pondríamos todos impuestos al capital. El IVA es una injusticia: lo paga un desocupado, lo paga un jubilado, cuando va a comprar galletitas al supermercado, hay que sacarlo. Pero pondríamos impuestos al capital, porque si sacás todos los impuestos ¿cómo financiás la educación, la salud? Milei lo soluciona: te dice “yo la privatizo”, y está bien, tiene una salida, pero no es la nuestra.

Ahora no votamos eso con el kirchnerismo.

El Frente de Izquierda tiene un debate interno y ese debate interno está asociado otro problema: ¿Cómo resuelve sus candidaturas un Frente de Izquierda? Para nosotros, una izquierda tiene que discutir su programa, sus mejores candidatos, tiene que participar del activismo que pelea. Que haga un congreso el Frente de Izquierda y discuta programáticamente una salida del país de cara a los trabajadores. Te puedo asegurar que va a ser bien visto eso. El año que viene, pero no ahora largar candidatos un año y pico antes.

Es un espectáculo que no corresponde, en un país que tiene el 50% de los pibes pobres.

– Está clara la discusión o el debate dentro de la izquierda sobre las próximas elecciones. Ahora ¿qué hizo y que no hizo la izquierda en los últimos 40 años de democracia?

Primero nuestra democracia fracasó. Y fracasó porque representó los mismos intereses que la dictadura militar.

Lo ves en la deuda externa. La tomaron ellos y se paga en democracia. Era de USD 45.000 millones y el Congreso Nacional acaba de hacer un informe en la Oficina de Presupuesto y está en 375.000 millones de dólares. Es la deuda más grande en la historia nacional, desde el 25 de mayo de 1810, el 9 de Julio de 1816 o donde quieras tomar la historia nacional. Es la más grande por afano. En materia de pobreza: tenemos más pobres que antes.

La democracia que venía a prometer que con la democracia se come, se cura y se educa, no te curás, no te educás y no comés. Lo que vos quieras. No laburás como tendrías que laburar. Así que la premisa que había dicho el alfonsinismo para la democracia no se dieron y no se iban a dar porque esa democracia vino a representar los mismos intereses.

Un hecho que lo marca. Te planteé la nacionalización del sistema financiero, para mostrar una diferencia, pero hoy la democracia argentina se rige con la ley de entidades financieras, ley entre comillas, de Martínez de Hoz. Las leyes de puerto son de Martínez de Hoz. El comercio exterior, el sistema financiero -lo que importa- es una matriz de la dictadura. La deuda externa, todo, y son los mismos grandes empresarios que hicieron guita en ese momento que la están haciendo ahora. El Club de París, una deuda estatizada en el 1982, ahora están yendo a negociar y viaja Massa a negociarla.

La democracia fracasó porque vino a defender estos intereses capitalistas que bajo la dictadura también gobernaron. Y el pueblo argentino se ve desilusionado. En parte, el crecimiento de Milei se debe a este hecho. Cuando él dice “casta, casta, casta”, está explotando por derecha una desilusión, que existe. Y la izquierda haría muy mal si dice defiendo acríticamente esto, porque esto es lo que hace que el pueblo no lo quiera, porque ve que esto ha sido un fracaso estrepitoso y cuando medís los parámetros sociales y productivos, en todo hemos ido para atrás.

– ¿Y la izquierda que hizo para que eso no pasara?

La izquierda no es una cosa homogénea. Hay distintas partes de la izquierda. Una parte de la izquierda, lamentablemente se asimiló a eso, porque la democracia yendo más a fondo en un momento le sirvió mucho al imperialismo. El ejemplo más categórico es Nicaragua, que en su momento fue una revolución, en el año 79, la de los sandinistas contra un dictador como Anastasio Somoza. Gana esa revolución y después hay un proceso democrático y los que habían tomado el poder pierden las elecciones con las familias aristocráticas de Violeta Chamarro y compañía.

La democracia sirvió para desarmar todos los movimientos guerrilleros de América Central, especialmente, y asociarlo a muchos partidos y a la izquierda también, a la política del imperialismo. Porque la democracia -esta democracia corrupta que tenemos- da para todo. Está para el subsecretario del subsecretario del subsecretario y todo el mundo se va integrando al Estado en posiciones absolutamente subordinadas, y no las que definen la política. Se integran de una manera al Estado para defender, en lo esencial, la política capitalista. Aceptamos la deuda externa, estamos con la OTAN, estamos con todo. El Partido Obrero no. Por eso digo que no toda la izquierda fue igual.

– Tenemos el ejemplo de Nicaragua con Ortega o el ejemplo de Chávez en Venezuela. Movimientos de izquierda que llegan al poder y se convierten en dictadores.

Terrible. Somos adversarios del gobierno de Ortega en Nicaragua, que hizo un acuerdo con el FMI y aplicó una reforma previsional y generó una rebelión popular. Y lo rechazamos completamente.

Esos no son gobiernos socialistas. América Latina tuvo una izquierda que se incorporó al capitalismo: el Frente Amplio uruguayo, el PT brasileño, y gobernaron en Argentina y en la región y no terminó bien, sino que le abrieron la puerta a la derecha. En la década del 2000 hubo gobiernos que se decían de izquierda, con Chávez, Mujica, Kirchner y terminó mal eso. Tuvieron una coyuntura económica internacional favorable, de crecimiento de los precios de las materias primas pero eso no transformó a América Latina.

Tanto que permitió que después vinieran gobiernos de derecha. Ahora parece que pueden volver los de izquierda, pero no van a volver como antes, porque la coyuntura mundial es otra. Hay una guerra en Ucrania, amenaza de guerra en China, una guerra económica internacional incluso con Estados Unidos subiendo la tasa de interés. No vamos a tener esa repetición de la década del 2000.

– Por más que gane Lula en Brasil y Cristina en Argentina.

No va a ser igual. Ya lo ves en Chile, que ganó Boric, y en la primera medida pierde la Constituyente y lo pierde porque la Constitución no es buena, pero no sólo por eso. Pierde porque el gobierno desencanta.

– ¿Vas a ser candidato a jefe de Gobierno?

Todavía no sé, vamos a ver. Dependerá de un debate en el Frente de Izquierda, en mi partido también. Las definiciones electorales son el año que viene.

– ¿Pero te gusta la idea? ¿Pensás que podés hacer un buen trabajo?

Es una posibilidad. Conozco mucho la ciudad de Buenos Aires y estoy bastante en contacto con los problemas que tiene la ciudad, pero insisto que el tema electoral es un tema del año que viene, salvo una provincia que adelante las elecciones o que cambie el panorama. Pero no queremos que nuestro pueblo nos vea especulando en temas electorales.

– ¿Una mirada sobre el gobierno de Larreta?

Es un gobierno que claramente defiende los intereses financieros, inmobiliarios y está muy difícil vivir en la ciudad de Buenos Aires. Tiene una fachada, pero la gente no puede pagar el alquiler, la gente no puede pagarse la obra social. Va a un hospital público y no te pueden atender. La vida cotidiana es difícil en la ciudad.

Es una ciudad que como toda ciudad turística y financiera son muy caras para la población. Uno ve que hay una tendencia a echar al porteño de la ciudad, porque es muy difícil. Lo digo y la gente me mira con extrañeza: la ciudad de Buenos Aires tiene la misma cantidad de habitantes que la década de 40 del siglo pasado, en una ciudad donde se construye una barbaridad y sin embargo, no hay un lugar para vivir.

Está llena de departamentos vacíos pero nadie puede pagar un alquiler. Un tres ambientes sale 100 mil pesos en la ciudad y el salario promedio está en eso. Es decir que vos pagás el alquiler y tenés que vivir un mes y no se puede vivir. Eso que pasa en la ciudad de Buenos Aires, a su modo, pasa en toda Argentina en las grandes urbes.

– Metiste un tema importante, por el tema de los alquileres se empezó a plantear la aplicación de un impuesto a la vivienda vacía o sino alquilarlas obligatoriamente. ¿Qué pensás de eso?

Estoy a favor de un impuesto de la vivienda ociosa, que sea progresivo. ¿Qué quiere decir progresivo? Que alguien puede tener un departamentito que le dejó su madre o su padre de herencia, pero hay gente que tiene 30, 40 o 50 viviendas, porque la vivienda se ha convertido en una reserva de valor, es un activo dolarizado. Esas tienen que estar alquiladas.

Cuando es progresivo es que si vos tenés muchas viviendas, la alícuota tiene que ser muy alta para forzarte a que la pongas en alquiler. Viviendas vacías con gente sin vivienda es una cosa irracional del sistema capitalista. El valor de uso de la vivienda es su uso como vivienda y tiene que ser puesta en alquiler y la ciudad de Buenos Aires no lo tiene y pasa en la provincia algo parecido con los countries. Acá hay torres y en la provincia countries. En ambos lugares tenés los mismos problemas.

– La última es la vinculada a las tomas de las escuelas. ¿Qué opinión tenés? Y te digo. llama la atención que hay fin de semana largo y se levantaron todas las tomas, no hay cortes de calles. No es una chicana, es un hecho.

Yo milité mucho en el movimiento estudiantil y para mí el sujeto clave de la educación es el estudiante. Los pibes hacen una medida de lucha, una protesta y tienen razón en lo que están diciendo, en todos los planos tienen razón y la ministra (Soledad Acuña) dice “no voy a discutir el fondo del asunto, voy a discutir las formas. No puede decir eso. La ministra tiene que discutir el fondo y escuchar a los pibes.

– ¿Los adultos no tienen la responsabilidad de que esos reclamos se hagan de manera efectiva para que no pase esto de la discusión de las formas y el fondo?

Tampoco lo discutía. Es una excusa.

– Te lo pregunto en términos conceptuales ¿Está bien tomar una escuela?

Sí. En determinadas circunstancias sí. Pero es un debate para mí ocioso. Hay ocupaciones de colegios en la Argentina desde el año 1796 y te puedo asegurar que la va a seguir habiendo. Y desde 1796 a la fecha, cada vez que se ocupó un colegio, se escuchaba si estaba bien o mal y se siguieron ocupando, porque el problema no es matar al mensajero, es ver por qué pasa lo que pasa.

Argentina, en América Latina, tiene un orgullo, aparte de Maradona y Messi, que es que fuimos los que creamos la reforma del 18, que fue mucho más radicalizado que esto. Fue una huelga estudiantil de dos meses que hizo funcionar a la Universidad de Córdoba bajo la dirección de estudiantes, que funcionó tomando examen y todo. Desacataron todo y forzaron una reforma estatutaria que luego se extendió a toda América Latina. Si agarrabas los diarios de la época -escribí artículos sobre eso- se decía lo mismo: ¿no hay otra forma? Si no ocupaban la universidad no había reforma del 18. Esto va a seguir pasando.

– Pasa en la ciudad de Buenos Aires y no pasa en la provincia, donde las escuelas están igual o peor.

Que pase en la provincia. Estoy a favor de lo que decís vos. La provincia está igual o peor.

– ¿Y por qué no hay tomas?

Los pibes no tendrán la forma para hacerlo, pero si quiero que tomen en la provincia, no voy a decir que no tomen acá. Lo que puedo criticar es que si alguien del kirchnerismo me dice que los colegios son un desastre acá y en la provincia están bien, yo digo que no. Eso es ser hipócrita.

– Pero pasa eso. Lo dicen así.

Bueno. Pero decíselos a ellos. Yo soy del Frente de Izquierda y del Partido Obrero y yo impulso lo mismo en todos lados.

– Cuando marchan, marcha la izquierda, los estudiantes y el kirchnerismo y marchan todos juntos.

Los estudiantes sí. En el neumático no. En los piqueteros no. Depende de las circunstancias. Nosotros siempre vamos a estar en el mismo lugar. Otros no. Entonces hay que preguntar por qué hacen oportunismo. Pero a nosotros, que estamos siempre del mismo lado, no.

En la provincia de Buenos Aires, los SUTEBA que conduce el Frente de Izquierda hicieron un paro por el salario. Pero Baradel se fue a ver al embajador yanqui. Es una contradicción de Baradel, nosotros estamos peleando en la Ciudad, en la provincia, en Salta, Catamarca, en Tierra del Fuego, en Santa Cruz, en Misiones, Formosa, Chaco, nosotros estamos siempre del mismo lado. El oportunismo de ellos no debe confundir los motivos de fondo que existen, que son todos muy válidos.

A las pibes y a los pibes hay que escucharlos. Una ministra de Educación no puede estar en contra de los estudiantes y los docentes, porque son los sujetos centrales de la educación.

– ¿Pero se dan cuenta que te ponés del lado del kirchnerismo cuando pasan estas cosas?

De ninguna manera. Porque al hacer esto que hago en la ciudad de Buenos Aires puedo ir a la provincia y hacer un paro docente. De ninguna manera estamos con el kirchnerismo y te puedo asegurar que en la ciudad de Buenos Aires no son todos los pibes kirchneristas.

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