Por Paul Craig Roberts
Hoy es un día importante que marco la historia del mundo hace 21 años, digamos hoy es ese aniversario, que seguramente algunos que ya tenemos algunos años encima recordamos que estábamos haciendo el día que se derribaron las torres gemelas. Los estadounidenses le dicen el 9-11 no porque ellos ponen el mes adelante, para nosotros es el 11 de septiembre, los que hace algún tiempo que estamos investigando este tipo de cosas, con cierto gusto debo reconocer nos vamos dando cuenta cada ves mas que aquellas cosas que decíamos desde el principio realmente ya no pueden estar siendo ocultadas, y que aquella versión que nos quisieron hacer creer, de que un ataque Talibán, con Osama Bin Laden derribo las torres gemelas con unos aviones, hay que decirlo abiertamente, yo soy analista y pongo mi propia carrera en juego, todo eso es una farsa, todo eso es mentira, como fue mentira la historia que nos contaron sobre tantos atentados que vimos incluyendo la República Argentina.
En la mayoría de los aniversarios del 11 de septiembre de 2001, he escrito artículos presentando una vez más la enorme evidencia de que la historia oficial de los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono es tan obviamente falsa que es increíble. Sin embargo, los estadounidenses creyeron en esta mentira transparente.
El complejo militar / de seguridad estaba desesperado por enemigos. En 2001 Rusia estaba bajo el control de Estados Unidos. Se pronosticaba que el ascenso de China estaría a 50 años. ¿Dónde estaban los enemigos para mantener el presupuesto del poder militar y de seguridad creciendo? Los neoconservadores que dominaron el gobierno de Bush- Cheney identificaron al Medio Oriente árabe como el enemigo y dijeron que se necesitaba un “nuevo Pearl Harbor” para proporcionar guerras y derrocar a 7 países en 5 años.
Los sionistas querían eliminar a los oponentes de la expansión de Israel en Cisjordania y Líbano. Cheney (vicepresidente) quería continuar el enriquecimiento del complejo militar / de seguridad del que era beneficiario. Para proporcionar el «nuevo Pearl Harbor», Cheney, los neoconservadores e Israel orquestaron los ataques contra el WTC y el Pentágono. La organización “Architects and Engineers for 9/11 Truth” (Arquitectos e ingenieros por la verdad del 9/11) y una serie de organizaciones similares, junto con varios libros documentados de personas de reconocida experiencia e integridad, han demolido la historia oficial. Ahora sabemos que el 11 de septiembre fue una operación del Estado Profundo para proporcionar a Estados Unidos un enemigo, la Guerra contra el Terrorismo, para que el presupuesto militar y de seguridad, en el que descansan tantas fortunas, no se vea amenazado.
Extraoficialmente, se sabe que durante esa época, Estados Unidos estaba atravesando una profunda crisis energética, donde vio la oportunidad perfecta para planear este atentado con la excusa de invadir a los grandes países petroleros, entre ellos Afganistán, Irán e Irak, que luego del atentado, sus naciones fueron saqueadas para la obtención de este recurso energético tan preciado.
Finalmente, se supo que el atentado al Pentagóno, fue también ejecutado por el mismo gobierno de EE.UU, que consistió en el lanzamiento de un misil, desde un buque portaaviones, para alejar sospechas, y que terminó impactando en la estructura de esta institución.
Mientras esto no se aclare, mientras no aflore la verdad, seguirá rondando en el aire la responsabilidad de los gobiernos de Estado Unidos, la muerte de 3 mil personas un 11 de septiembre del año 2001. Veintiún años de una historia truculenta y oscura, en donde el único ejecutor de este autoatentado y el que le debe una explicación a toda la población mundial, son los Estados Unidos.