Las estimaciones de la Dirección de Control y Bromatología local son alarmantes. Se hacen esfuerzos de todo tipo para controlar la situación, pero no alcanzan sin una toma de conciencia de parte de los vecinos.
En muchas localidades del interior, lamentablemente, los perros tomaron las calles. En muchos casos los controles son mínimos, no existen o bien no alcanzan para dominar la situación. Esta es una realidad que lleva décadas.
En General Güemes los números son alarmantes. Según estimaciones de la Dirección de Control y Bromatología local, habitan en la jurisdicción unos 100.000 perros, de los cuales unos 30.000 viven en la calle.
La magnitud de la problemática que afecta al sector urbano y los parajes rurales, hace difícil la aplicación de cualquier medida tendiente a revertir la creciente población de animales sueltos. Se hace cuesta arriba vacunarlos. Realizan castraciones masivas y periódicas que pueden llegar hasta 120 ejemplares por día, pero pese a los esfuerzos y los gastos que estas acciones implican, solo constituyen un bálsamo para una patología crónica.
Es y será imposible controlar su crecimiento poblacional, sin una real toma de conciencia de parte de la gente sobre los derechos de los animales a vivir dignamente, a no ser abandonados o librados a su suerte. No se puede criar una mascota sin las condiciones necesarias. También los vecinos tienen el derecho a circular libremente, sin estar expuestos a los ataques o agresiones de los perros sueltos.