Como anticipo del futuro y en base a un consciente y estudioso pasado, el doctor Javier Cornejo habla sobre un posicionamiento que no es una eventualidad sino parte de una planificación de la destrucción del mundo, organizada por los centro de poder a los que los gobiernos responden. En nuestro caso, la conclusión de que los argentinos seremos extranjeros en nuestra propia tierra nos tiene que llamar a la conciencia y detener la entrega y destrucción de nuestro país a través de la activación del sistema distributivo y social por esta supuesta pandemia, esto solo les sirve para los intereses que nos asechan y en contra de nuestro pueblo.
- Un detalle a resaltar es que en la fecha que se escribió este artículo tuvo un acierto descomunal. Este acierto, lo convierte al mencionado artículo en pleno de vigencia con la proyección a futuro inherente.
La usurpación de nuestra soberanía fue detalladamente analizada en innumerables artículos. Especial
atención merecieron los Acuerdos y Tratados, que fueran profundizados por el Dr. Julio González en
su obra: “Los Tratados de Paz por la Guerra de las Malvinas -Desocupación y hambre para los
argentinos- Acuerdo de Madrid del 15 de febrero de 1990 y Tratado de Londres del 11 de diciembre
de 1990”.
Desde la usurpación inglesa tuvieron lugar diversos intentos de actos soberanos, destacándose en
forma exponencial la cruenta y atroz guerra de 1982, a partir de la cual se consolida la ocupación
imperial. Hubo otros actos con el objetivo de invalidar la titularidad inglesa.
Tal fue el caso de Miguel Fitzgerald quien en 1964 a bordo de una avioneta Cessna, aterrizó en una
pista de cuadreras en Puerto Argentino, enarboló nuestra Bandera Nacional, y dejó una proclama.
El “Operativo Cóndor” de 1966 liderado por Dardo Cabo y Ricardo Ahe, (con quienes me unió un
profunda amistad desde esos años). Este “operativo” consistió en el desvío del avión de Aerolíneas
Argentinas que cubría el trayecto Buenos Aires-Río Gallegos y fuera obligado a descender en
Malvinas. Se enarboló nuestra Bandera Nacional y como era de esperar con posterioridad todos
terminaron presos, algunos hasta más de tres años.
En 1974 existió el intento del Gobierno argentino (a través de privados Jorge Antonio, Cao Saravia y
otros) de compra de las acciones de la Compañía que operaba en las Islas, virtualmente, como
exclusivos ocupantes: La Cía. Falkland Islands. Esta operación fue abortada por el canciller Alberto
Vignes por la demora de acuerdo en un problema laboral de los empleados que estaban en las islas.
Con la muerte del general Perón el 1 de julio se frustró totalmente el operativo.
Actualidad
El actual gobierno se caracteriza por una contradicción manifiesta entre sus “dichos” y los “hechos”.
La locuacidad es inversamente proporcional a los actos de real y concreta entrega, todo conducente a
una finalidad de “diálogo” que necesariamente tendrá como resultado el establecimiento de una
“complementariedad” operativa con apoyo continental, quedando nuestro reclamo soberano bajo lo
que se dio en llamar “el paraguas de la soberanía”, es decir este tema no se trata.
En función de tal premisa, el reconocimiento que ciudadanos argentinos efectúan de la concreta
soberanía británica en el archipiélago se ve reflejada en la aceptación expresa del sellado de los
pasaportes personales en el momento de ingreso a las islas. Ese estampado significa, sin lugar a
dudas, la aceptación totalmente voluntaria de reconocimiento de ingreso o salida de territorio
“extranjero”. Por ello, todo acto de queja soberana que acepte esta premisa está totalmente viciado de
nulidad e ingresa en la suma de banalidades absolutamente funcionales al Imperio y por ellos mismos fomentadas, que luego en su “flema” acostumbrada utilizan para ironizar los actos de quienes fueron
serviles a los intereses imperiales en una exposición mediática que quita el verdadero sentido de
patriotismo emergido del dolor de nuestro muertos por recuperar nuestro territorio, o de los que
sobrevivieron con las secuelas físicas y psicológicas.
La gesta de Malvinas inmersa en una concepción geopolítica en el que nuestro norte es el Sur debe
ser conceptualizada como tal, en un mundo en el que los imperios “mueven sus fichas” mostrándonos
un posicionamiento inequívoco: Rusia en el centro Antártico (lago Vostok), Gran Bretaña en la
“Tierra de la Reina Isabel” y Patagonia Argentina Chilena, China en Neuquén.
Este sendero conduce a que los argentinos prontamente seamos extranjeros en nuestro territorio.