EL GRAFENO (666) IMPIDE LA EVOLUCIÓN DE CARBONO A SILICIO

“Aquí está la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis.” Así se señala en el libro del Apocalipsis 13:18 el número que marca a la bestia, para que esta pudiera ser reconocida con la llegada del fin del mundo.
Como hemos visto, ya estamos en el llamado “fin del mundo”, que no es el fin de la tierra, sino el fin de un ciclo de la humanidad, el fin de todos los sistemas que hasta ahora habíamos conocido: sistema político, económico, educativo, informativo, sanitario, cultural, etc. Solo la caída completa de todos los sistemas dará paso a lo nuevo.
Pero, también sabíamos, que los controladores del mundo iban a hacer todo lo posible para impedir que la mayor parte de la humanidad evolucione en consciencia y pueda pasar al nuevo ciclo, o a la Nueva Era.

Y así lo han hecho, sistemáticamente, a través de las leyes pro-aborto, la ideología de género, las drogas, la tendencia transhumanista, los ataques virológicos, los venenos en el agua y en el aire, los alimentos GMO y, ahora con las inoculaciones de grafeno, que es el elemento que más se ha encontrado en las diferentes v–acunas.
El grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro.
En el versículo de la Biblia, Juan, el autor del Apocalipsis (revelación), dice que el número 666 es número de hombre. Y dice esto porque el número 666 se relaciona con el átomo de carbono, y el hombre.
El Carbono es uno de los 5 elementos del ADN humano, y está compuesto de 6 protones, 6 electrones y 6 neutrones, lo que equivale a 666. Carbono y grafeno es lo mismo, ambos forman celdas hexagonales. Por lo tanto, las inyecciones que están poniendo contienen el número atómico 666 y patrones de seis ángulos.
Este es un código, que en la Biblia le llaman “la marca de la bestia” y que les permite a los controladores saber quiénes son “suyos”. Ellos los marcan como los ganaderos marcan a su ganado.
En la naturaleza, el carbono se manifiesta en forma de grafito o de diamante. Son dos caminos totalmente diferentes. Por eso, se dice que la evolución que estamos viviendo es de “carbono a silicio”, ya que el silicio cristaliza con el mismo patrón que el diamante.
El número atómico del silicio es 14. Tiene 14 protones, un número igual de electrones y neutrones. Su número de masa es 28.
El carbono y el silicio son químicamente muy similares. Ambos pueden formar enlaces de cuatro átomos simultáneamente, haciéndolos bien adaptados para formar cadenas largas de moléculas encontradas en la vida, como proteínas y ADN. El silicio es el segundo elemento, después del oxígeno, más abundante en la corteza terrestre.

La gran diferencia es que, por ejemplo, los enlaces carbono-oxígeno se pueden hacer y deshacer, pero con el silicio son eternos, no terminan.
En los anteriores cambios evolutivos, el Ser Humano siempre permaneció con su ADN en base al elemento Carbono, en Tercera Dimensión, y ahora viene el cambio de su ADN al elemento SILICIO, o sea, la base del Cristal de Cuarzo, el ADN Cristal. Esto es lo que pretenden impedir los controladores oscuros.
Un Salto Quántico sucede cuando el átomo sufre una modificación debida a fuerzas “externas” que lo “obligan” a mutar internamente y que, por ende, la modifican estructuralmente, cambiando su morfología hacia otros elementos.
Las partículas de Luz, llamadas Fotones, serán las causantes de ese cambio en el átomo de materia de tercera dimensión 3D, cuyas partículas están vibrando a 9/10as partes de la velocidad de la luz, “moviéndola” hacia una Dimensión más Sutil y de Frecuencias mayores a la velocidad de la luz, donde la masa desaparece como tal.
La morfología del Ser Humano mutará hacia el Elemento Silicio, que es un elemento cristalino (en griego, CRISTO significa CRISTAL), lo cual representará un Salto Quántico de Frecuencia, en una Espiral de FIBONACCI, que es la base de la Genética del Ser Humano conformada por estructuras Cristalinas.

Por eso, se confinó a las personas en sus casas, por eso se les impide recibir libremente el Sol, ya que sin Sol la evolución será imposible. Por eso, también se las aísla y sobre todo por eso se las inocula con grafeno/carbono: para impedir la evolución natural de ADN humano de carbono a silicio.
Solo quienes mantengan su ADN intacto podrán dar el salto evolutivo hacia el silicio. Pero quienes permitan que les inoculen grafeno empezarán un lento o rápido deterioro de su cuerpo físico, debido a que la frecuencia de la Tierra continúa y continuará ascendiendo y mientras más alta sea la frecuencia externa, más chocará con las bajas y densas frecuencias del grafeno.
Si las personas antes ya estaban en bajas frecuencias, a causa del miedo, ahora con la inoculación de grafeno, esto aumenta. Y mientras más se expongan a lugares puros, a la naturaleza, a los animales o momentos de altas frecuencias, como la alegría o el amor, peor se sentirán, pues se producen choques de frecuencias en su interior que debilitan al cuerpo. De hecho, se ha demostrado también que las mascarillas contienen grafeno.
El cuerpo quiere vibrar alto, y el grafeno se lo impide. De esta manera, el cuerpo de quien ha sido inoculado está impedido de continuar en su evolución en consciencia, y tarde o temprano terminará rindiéndose. Por eso, hay tantas personas ahora en hospitales y salas de emergencia que ya han sido inoculadas.

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