Un hombre, identificado sólo por sus iniciales D.C, quedó detenido en Rosario luego de perseguir, atropellar y matar a dos motochorros que le habían robado.
El hecho tuvo lugar en la tarde del jueves en el barrio Fisherton donde dos hombres identificados como Diego Quiroga García y Luciano Escudero, que se movilizaban en moto, interceptaron al conductor de una camioneta Chevrolet S10, doble cabina y luego de apuntarle con un arma le robaron una mochila que contenía 2.000 dólares y 2.000 pesos.
Luego de que los delincuentes huyeran, el damnificado emprendió la persecución y los arrolló al llegar a la calle Juez Zuviría al 600. Quiroga García falleció en el acto, mientras que Escudero murió luego de ser trasladado bajo custodia policial al hospital de Emergencias de Rosario.
D.C. se entregó en una comisaría y quedó detenido. En el lugar del hecho, la policía secuestró la motocicleta de los ladrones, un arma de fuego calibre 9 milímetros y la mochila con dinero.
Fue víctima de una salidera. Persiguió,.atropelló y mató a 2 de los motochorros que lo atacaron. Quedó preso por doble homicidio. A la víctima le habían robado 2000 dólares. Con la camioneta, persiguió, atropelló y mató a dos ladrones. Le harán una pericia psiquiátrica pic.twitter.com/4ZfYZw3qbi
— Vía Szeta (@mauroszeta) April 9, 2021
Para definir qué imputación le cabe al conductor de la camioneta, y si actuó en legítima defensa o si cometió algún tipo de exceso, el fiscal Patricio Saldutti -a cargo del caso- ordenó el secuestro de las cámaras de seguridad de la zona que apuntan a determinar la mecánica del hecho.
Pablo Rajmil, abogado defensor de D.C, relató al diario La Capital que los delincuentes hicieron “tres disparos al aire” para amedrentar a su cliente luego de abordarlo.
“Hablé con él. Está por supuesto muy mal, muy apenado, muy preocupado”, agregó apuntando que se trata de un “hecho totalmente trágico para todo el mundo”. Además expresó que la familia del detenido “se tuvo que ir del barrio” por temor a represalias.
El letrado además aseguró que su defendido persiguió a los ladrones para “ver adónde iban o para encontrar personal policial que pudiera detenerlo”, y se encontraba “muy alterado, muy nervioso, muy preocupado” al momento del hecho.
