Se trata de un delincuente de extrema peligrosidad que, en la noche del sábado, intentó asaltar un comercio de frutas y verduras en el barrio General Paz de esta ciudad. Tomó de rehén a una mujer.
El enfrentamiento armado se produjo alrededor de las 23:15 a escasos metros de la Super Feria Rosi–Belén, ubicada en la esquina de las calles Beauvoir y Rosario Vera Peñaloza, a menos de 400 metros del Monumento al Obrero Petrolero, causando gran alarma en el vecindario ya que no es habitual que sucedan incidentes de este tipo en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz.
El sujeto, que más tarde sería identificado como Cristian Marcelo Perla Fonseca de 28 años, apodado “El Porteño”, oriundo de General de San Martín, cabecera del partido homónimo que forma parte del conglomerado urbano conocido como primer cordón del Gran Buenos Aires.
Además, se supo que había llegado hace pocos años a Santa Cruz, radicándose últimamente en Las Heras y no se le conocen medios de vida lícitos, por lo cual se sospecha que podría ser el autor de varios hechos delictivos perpetrados en esa ciudad en el curso de los últimos meses.
Situación límite
El local comercial Rosi-Belén pertenece a una familia de la colectividad boliviana que acostumbra a cerrar tarde y el delincuente habría estado esperando que dejaran de ingresar clientes. Él lo hizo de una manera distraída, fingiendo hablar con otra persona con su teléfono celular cuando solo quedaban el dueño, Mario Alcocer, y su esposa, Marta Montaño.
Alcocer estaba separando papas no aptas para la venta cuando el malviviente lo tomó desde atrás por el cuello y lo amenazó con un arma de fuego exigiéndole dinero. El verdulero se lo quitó de encima, tras lo cual hizo un movimiento en zigzag porque presintió que el asaltante le iba a disparar, lo que efectivamente hizo, pero esa rápida reacción le salvó la vida ya que el proyectil impactó en la pared.
El estampido fue providencialmente escuchado por tres motociclistas del Comando Radioeléctrico que realizaban por la zona vigilancia en forma preventiva y rápidamente llegaron al lugar del incidente.
Fue entonces cuando vieron venir corriendo a Alcocer, quien les pidió auxilio a los gritos diciéndoles que estaban asaltando su comercio.
Toma de rehén
Antes de ello, al ver que el dueño había escapado, el delincuente trató de apoderarse de lo que había en la caja registradora, pero al ver que llegaba a policía, de manera desesperada sujetó a la mujer tomándola como rehén.
También a ella le apuntó con el arma a la cabeza, obligándola a salir a la calle para cubrir su retirada, pero al percibir que los policías no se lo iban a permitir la soltó y comenzó a correr.
Los uniformados ingresaron rápidamente al local con sus armas desenfundadas ante la posibilidad de que hubiera otro asaltante y segundos después persiguieron a pie a Fonseca.
Lejos de acatar la voz de alto, el delincuente cubrió su huida disparando varias veces contra el personal del Comando y por ello uno de los policías puso rodilla en tierra, le apuntó y le asestó dos balazos en ambas piernas, uno de los cuales le astilló el peroné.
Al caer al suelo, el asaltante lanzó su arma a varios metros, constatándose que se trataba de un revólver calibre 22 al que le había vaciado el tambor. Se cree que adoptó esa actitud pensando que si continuaba sujetándolo los policías iban a volver a dispararle.
Custodiado en el Hospital Zonal
Minutos después la zona se llenó de móviles patrulleros y Fonseca fue trasladado al Hospital Zonal donde se constató que tenía orificios con entrada y salida en sus piernas, pero la heridas no ponían en riesgo su vida.
Ayer continuaba internado en el nosocomio con una fuerte custodia, quedado a disposición de Juzgado de Instrucción N° 1 que volvió a quedar subrogado por Malena Totino.
En este suceso quedó evidenciada la profesionalidad del personal policial ya que los disparos que hicieron contra el delincuente no fueron dirigidos hacia una zona letal del cuerpo.
Al respecto la Dirección Regional Zona Norte, a cargo del comisario mayor Carlos Bordón, emitió un comunicado de prensa en el cual se destaca que “la decisión de un policía se basa en los lineamientos instaurados en la Ley Provincial de Seguridad Pública y en la capacitación realizada en el Centro de Entrenamiento y Doctrina Policial”, uno de los cuales está ubicado en Cañadón Seco.
En ese lugar, el personal de dependencias de esta zona “fue debidamente instruido sobre el uso del arma reglamentaria y prácticas de tiro, en un todo de acuerdo en lo que reza el Reglamento de Arma y Tiro para la fuerza y que el Ministerio de Seguridad pregona para un mejor profesionalismo de los integrantes de la fuerza en todos los niveles”.