El médico es Patricio Parra Marin es acusado de ejercer violencia institucional, obstetricia y de género a una joven tras negarse a atenderla mientras ella sufría una hemorragia profusa.
El hecho sucedió la semana pasada en el Hospital Juan Domingo Perón de Tartagal. Según consta en la denuncia pública y policial realizada por Clara Pistán madre de la joven: “el doctor sometió a una humilde joven a la mayor indignidad y humillación al hacer que la muchacha de 18 años tuviera que cambiarse los apósitos, producto de una gravísima hemorragia ginecológica que estaba padeciendo, en la vereda del nosocomio”.
La joven llegó al nosocomio trasladada por una ambulancia y acompañada por su madre. Pistán contó los padecimientos sufridos a la prensa y dijo:“para justificar su pésimo proceder, este médico le dijo a la doctora que finalmente la internó, que seguro mi hija se había hecho un aborto, cosa que con los estudios quedó totalmente descartado”.
Es necesario remarcar que La Ley 26.485, de Protección Integral Contra la Violencia a las Mujeres define a la violencia obstétrica como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929 (de Parto Humanizado)”.
Esa ley no se cumplió y tampoco se cumplió un buen trato con una paciente que estaba vulnerable y además se la criminalizó por algo que no hizo. Todavía no se conocen las causas; pero aunque se haya hecho un aborto igual tiene el derecho a ser asistida.
