El ingeniero químico Roberto Quinteros es considerado en Salta una de las personas que más conoce sobre la industria de los hidrocarburos. Su condición de exdirectivo de YPF cuando la empresa era estatal, de exadministrador de la Refinería de Campo Durán luego de la privatización de las empresas del Estado, de académico tanto en Argentina como de otros países del Cono Sur y actual titular de una consultora sobre temas de energía le dan la formación, la información y el conocimiento para advertir lo desalentador que el panorama se presenta para el NOA, si la dirigencia regional y provincial no toman conciencia del inexorable avance de Bolivia en materia energética pero, sobre todo, del agotamiento en la producción tanto de gas como de petróleo en los yacimientos del norte salteño.
Pero aún más preocupante que todo ello es para el ingeniero Quinteros, un directivo que hizo gran parte de su carrera en el ahora alicaído norte salteño, la desidia, el desinterés de intendentes, concejales, legisladores y funcionarios provinciales que no atinan a reaccionar en defensa de miles de norteños que en menos de una década sufrirán en carne propia la falta de gas y de petróleo, la desaparición de las regalías con la que se sustentan los municipios norteños. Son los mismos dirigentes que a pie juntillas dieron su aprobación al Fondo de Reparación Histórica por el que el Gobierno provincial recibió 180 millones de dólares pero que, después de dos años de sancionado no “reparó” prácticamente nada en Orán, San Martín y Rivadavia.
