Como este beneficiario ¿Cuántos más habrán?

Desde hace algunos meses ha circulado por las redes sociales el monto que el diputado nacional por Santa Cruz, Máximo Kirchner,  percibe como legislador. Sin embargo, aunque ha sido desmentida dicha información ya que en la imagen viralizada, hay ciertas inconsistencias por ejemplo en la fecha de ingreso, en los datos personales de Kirchner, entre otras. La referencia sirve para entender sobre un tema que preocupa a la sociedad de a pie respecto a las altas dietas que cobran los funcionarios.

Los sueldos de los legisladores del Estado no deberían representar sumas exhorbitantes como la consignada allí- aún cuando ésta no es real, sí es simbólica- ya que las Cámaras deberían ser honorables porque su función tendría que ser llevada a cabo ad-honorem, es decir por la sola retribución de la honorabilidad de la tarea y los fines por lograr el bien común.

La política, que debería ser un sacerdocio, se va transformando así en la herramienta para obtener fines económicos mezquinos que van abultando las cuentas privadas  dentro y fuera de la Argentina.  Ejemplo son las sociedades offshore de las que abundan en el globo terráqueo. Siendo los legisladores, empresarios y personalidades públicas de la Argentina las que encabezan las listas “infiltradas” de los bancos en los paraísos fiscales.

Cuando nos preguntamos sobre las comparaciones de Argentina con países del primer mundo, no puede ser ignorado los salarios de loslegilsadores en los parlamentos europeos.

Así, en Suecia por ejemplo los legisladores cobran montos que oscilan las 60.000 coronas suecas que vendrían a ser 250 pesos argentinos, y pagan impuestos por dichos honorarios. El asombro es respuesta normal cuando se puede ver que los diputados y senadores nacionales cobran más de 100.000 pesos sin contar las dietas, reconocimiento de pasajes y demás ceros agregados para ensanchar el recibo de sueldo.

El Riksdag, es decir, el Parlamento, es el máximo representante del pueblo y responde al espíritu de la sociedad. Y es que en Suecia hay un principio fundamental: la igualdad. De hecho, según el Gap Report de 2015 es el cuarto país del mundo con mejor puntuación en materia de igualdad.

Allá la jerarquía no es lo más importante, las relaciones horizontales priman. El Parlamento no sería la excepción y por eso en lo económico tampoco sus salarios son excesivos, a pesar ser un país con cuantiosos recursos.

Mientras que en Argentina y América Latina en general la honorabilidad del cargo ha perdido por goleada ante los intereses mezquinos de nuestros diputados y senadores.

 

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