En la noche del jueves se dio a conocer la victoria por la reinstalación de 171 trabajadores de YCRT que no habían acatado el retiro voluntario. Se trata de un categórico triunfo para una de las principales luchas de los trabajadores contra el gobierno de Macri.
Los mineros se habían retirado de la última audiencia porque el nuevo ataque del gobierno es ir por la flexibilización de los convenios colectivos de trabajo. Con esta medida se busca domesticar a un gremio con gran tradición de lucha, que había, por ejemplo, ganado salarios acordes al trabajo riesgoso e insalubre que realizan.
Los mineros reinstalados volverían a sus puestos en las mismas condiciones en las que trabajaron hasta el día en que recibieron sus telegramas de despidos. Al mismo tiempo, el acta estipula que se les deben reconocer los sueldos desde su despido hasta hoy. Para que el Ministerio de Trabajo cumpla el acuerdo, los mineros mantendrían sus medidas de lucha al menos hasta el sábado.
La pelea fue dura y continúa, puesto que es imperioso evitar la flexibilización laboral, así como también no bajar los brazos para que no haya más despidos –desde que Cambiemos asumió, hay alrededor de mil trabajadores menos en la mina– y para llevar a término y poner en funcionamiento la usina. De todas maneras, la lucha de YCRT no deja de ser una muestra de lo que es capaz la clase obrera cuando se organiza, sin importar lo complejas que puedan ser las circunstancias.
