En una entrevista televisiva el preso más conocido de la provincia aseguró que está en condiciones de caminar nuevamente por las calles de Salta Capital.
Para ello aseguró que se encuentra resocializado y que los informes piscofísicos y psiquiátricos le favorcen.
Aseguró que su conducta en el penal es prácticamente intachable y lejano a todo conflicto violento.
El asesino de Melani de 9 años y de Octavio Leguina explicó que espera acceder a la libertad condicional ya que cumplió más del máximo de la condena sin recibir los beneficios que la ley otorga al llegar a los 20 años de cárcel con una condena máxima de 25.
Marcelo Torrico pidió perdón y sin ambages aseguró que quiere rehacer su vida.
En 1998, el 3 de mayo secuestró junto a su cómplice a los hermanitos Melani, de 9 años, y Octavio Leguina.
Diez días después, la Policía los encontró muertos y con signos de extrema violencia en sus cuerpos.
Sobre este punto Torrico acusó al padre de sus víctimas de conocer sus intenciones e incluso dijo algo más acerca de la participación de éste último.
Según recordó frente a la cámaras, el doble crimen se cometió tras una noche de consumo se drogas y alcohol empañada por una deuda impaga del padre de los chicos asesinados en venganza.
Según sus palabras, tanto él como su socio en las actividades de venta de drogas de manera callejera y a domicilio decidieron tomar venganza ante una supuesta “mejicaneada” por parte del padre de los pequeños, Miguel Ángel Leguina, quien se habría quedado con el dinero de una de sus tantas transacciones.
El criminal además desdibujó algunas “verdades” periodísticas de entonces como aquella que dice que fue detenido cuando intentó robar un celular en Buenos Aires.
“No fue así, me pidieron documento en una parada de ómnibus y ahí saltó que estaba siendo buscado”.
Torrico admitió que desde su escondite en Buenos Aires monitoreaba su búsqueda en Salta y además aseguró que nadie del Gobierno de entonces lo ayudó.
Gentileza: Tribu Urbana
