Correa: “Nuestras democracias, son democracias mediatizadas”

En el marco de su visita a Argentina, el ex Presidente Rafael Correa estuvo este sábado 24 de marzo en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) para disertar en la Conferencia Magistral denominada “La disputa de poder entre la derecha política y económica mundial, y las políticas de soberanía, desarrollo e integración en la región”. El panel estuvo compuesto, además, por el Director del CCC Juan Carlos Junio y por el Director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Alfredo Serrano Mansilla.

Correa hizo un extenso recorrido del desarrollo económico y político latinoamericano, desde la gestación del Consenso de Washinston en 1989 hasta el presente. Bajo el consenso de que América Latina no vive hoy un fin de ciclo sino una etapa en disputa entre las fuerzas populares y la derecha neoliberal, comenzaron las caracterizaciones de las diferentes etapas.

Iniciando por la década del 90, subrayó que el neoliberalismo o “nuevo liberalismo”, de ese momento y de ahora, no tiene nada de nuevo en nuestra historia sino que se basa en viejos postulados. Según Correa, lo que ha logrado el poder es convertir a esta ideología en una ciencia más. Por eso explicó que las políticas actuales son una copia de las que regían en la década de los 90 donde “la libertad neoliberal se basa en la no intervención, pero la verdadera libertad es la no dominación donde las sociedades toman sus propias decisiones a través de procesos políticos”. Y siguió: “Ahora quieren instalar la idea de un gobierno de CEOs, pero la política sin políticos no existe, ellos también son políticos”.

Después de describir esta etapa, comenzó su definición de los gobiernos populares, a quienes diferenció como desarrollistas con contenido latinoamericano, subrayando sus logros en el marco de la infraestructura, la igualdad de derechos y el acceso a bienes y servicios por parte de toda la población. En este punto mencionó que 92 millones de personas salieron de la pobreza en la región durante nuestros gobiernos en el continente más desigual del mundo”. Además, aseguró que hasta hace un año y desde los últimos 15, de 25 elecciones ganadas por gobiernos progresistas, sólo una elección ganó la derecha y fue en Argentina. El resto fueron golpes de estado y traiciones”.

A partir de allí, el relato se desplazó al año 2008 donde, según Correa, comienza la etapa de desestabilización de estos gobiernos utilizando como tubos de ensayo a Bolivia (2008), Ecuador (2010) y Paraguay (2012), donde sólo este último fue un caso exitoso. Pero es en 2014 donde el ciclo económico da un giro: caen los precios de los commodities por lo que la región deprime su crecimiento, en gran medida, debido a sus fallas estructurales. “No podemos resolver ni en 10 ni en 15 años, sino como mínimo son reformas que necesitan 30 o 40 años”, declaró. Es en este momento donde se dan las condiciones propicias para la restauración conservadora que comienza con el golpe a Dilma Rousseff en 2016, continúa con la asunción de Macri, los procedimiento de Lawfare contra Lula, CFK y Jorge Glas y con los intentos de destrucción de UNASUR y de la CELAC. Sin embargo, para Correa “no debemos ser tontos y saber que la derecha posee una articulación regional que se basa en dos argumentos: uno es la idea de que el modelo económico anterior fracasó y la segunda intenta establecer una debilidad moral de esos gobiernos, lo que se manifestó en supuestos casos de corrupción”. Según el ecuatoriano, son sólo maniobras que pretenden hacer retroceder las conquistas alcanzadas por los pueblos. Por eso, señaló que no es casual que en los últimos dos años más de 19 millones de personas volvieran a la pobreza en América Latina. Además, expresó que los gobiernos conservadores no quieren luchar contra la corrupción sino que utilizan ese argumento como instrumento de ataque político ya que “para una verdadera lucha contra la corrupción bastaría, por ejemplo, prohibir los paraísos fiscales por donde pasan prácticamente toda la corrupción que hemos tenido que enfrentar”. Sin embargo, destacó que “en Ecuador los controles son tan fuertes que se tienen que declarar el origen de depósitos de más de U$S10.000, pero en cambio, en los paraísos fiscales se pueden depositar miles de millones sin que nadie informe nada. Eso claramente es corrupción”.

El ex Presidente también introdujo el tema del rol de los medios como cómplices de estas maniobras que se ocupan de culpar al estado, a lo público a diferencia de lo privado, como fuente de todos los problemas. Por eso, planteó la necesidad de democratizar los medios de comunicación, para que dejen de ser entidades donde prima el fin de lucro por sobre el derecho a la información. En este sentido agregó: “nuestras democracias deben llamarse democracias mediatizadas, algunas veces también idiotizadas , ya que los medios de comunicación son un componente más importante que los partidos en el proceso político, por ser la principal oposición de los gobiernos progresistas y los verdaderos representantes de los poderes político y empresarial. No importa lo que haya demandado el pueblo en las urnas, lo importante son los titulares de los grandes medios. Han sustituido el estado de derecho por el estado de opinión”. Concluyó que el poder del capital en todas sus facetas será combatido con mayor eficiencia a través de la integración regional, ya que el futuro es un mundo de bloques, y es por eso que “la patria grande ya no es solo un sueño de nuestros Libertadores, sino la mejor y única manera de obtener nuestra segunda y definitiva independencia”.

Fuente: revista PPV

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