La tarea no parecía tan compleja, quizás un acto administrativo como transferir el monto de los $ 10.000 pesos de la Tesorería de la provincia a los cajeros y negociar la diferencia hubiera bastado, pero de manera incomprensible todo se desmadró ante la intransigencia de los respectivos intendentes. Ahora, esperemos que esto del bono no haya sido en vano.
El conflicto ha sido superado pero ha dejado la imagen de los intendentes del Departamento muy dañada. Medidas autocráticas y férreas posiciones demolieron lo que tal vez sean las últimas columnas sobre las que se sostenían estas administraciones. Sin embargo, aún restan casi dos años de gestión en los que un cambio de actitud de los jefes comunales pueda ser la clave para alcanzar una vía de desarrollo municipal que sobrevenga en bien de todo el conjunto de los vecinos.
Es que el unicato político es una forma de concebir el gobierno municipal que de hecho terminó hace un siglo atrás, hoy los municipios deben gobernarse sobre la base de una gestión asociada, superando el concepto de gobernabilidad para dar paso a la gobernanza y señalar el camino para llegar al municipio relacional.
Se trata de “Pensar el Municipio” y ésta no puede ser jamás la tarea de una sola persona sino de un arco comunitario de participación vecinal.
De hecho, el resultado satisfactorio de la situación se debe a la gestión asociada que llevaron adelante el senador, Miguel Calabró, el diputado, Gustavo Pantaleón y los concejales, que asumieron el papel de garantes del último tramo del pago de $ 5.000 para los trabajadores de La Caldera.
Cuando días pasados el personal de Recursos Hídricos de la Provincia visitó el municipio de Vaqueros, se impidió la asistencia de concejales. Lo mismo habría sucedido con la presencia de funcionarios de Defensa Civil, reunión a la cual no se invitó ni a legisladores ni a concejales.
Así como esta crisis del bono ha demostrado que sin los legisladores y sin los concejales no se destrababa el conflicto, de la misma manera hay que pensar hacia adelante que sólo con la actuación de todos en conjunto se podrán lograr mayores y mejores logros para los municipios.
La nueva política impone “Pensar el Municipio” desde lo relacional, es decir, con la presencia de las asociaciones y colectivos locales para mejorar la gestión de lo público. La participación vecinal debe acercar a los vecinos a ser parte activa de la organización municipal.
Se ha terminado el tiempo del intendente-patrón que trajo como consecuencia la apatía del vecino por la cosa pública y la abstención electoral. Trabajar intendentes, legisladores y concejales en conjunto es la forma de la nueva administración o gestión neopública, como se llama.
La clave para esta nueva etapa –si es que se quiere lograr municipios modernos- es compartir proyectos y decisiones con los cuerpos de concejales en primer término y luego, incorporar al trabajo de gestión ante la provincia y los organismos a los legisladores. Si los intendentes comprenden estas nuevas formas de administración lograrán evitar conflictos y lograr mejores resultados en su gestión.
El tiempo dirá si es que aprendieron la lección.-
