Un hecho fue fundamental en su decisión: “En el año 2012, lo que me introdujo en el movimiento pro-vida fue que la esposa de Bill Gates, Melinda Gates, había decidido hacer un enorme proyecto de anticoncepción en los países africanos. Me shockeó demasiado porque estaba recaudando todos esos millones para invertir en el control de la población”.
“Entonces escribí la famosa ‘Carta abierta a Melinda Gates’. Y fue esa carta la que me dio la fuerza para entrar directamente a este movimiento. Y desde entonces trabajé en distintos países y realicé diversas actividades por la defensa. Fui a Naciones Unidas y traté de explicarle al mundo, especialmente el punto de vista de alguien que viene de países en vías de desarrollo, como Nigeria. Para explicarle que hay mucha gente en el mundo que en realidad no está de acuerdo con que el aborto sea legal”, señaló Obianuju.
En cuanto a las similitudes del escenario latinoamericano y la imposición de la agenda en los países africanos, que define como un “neocolonialismo”, explicó que ve grandes similitudes, ya que tuvo la oportunidad de compartir información con mucha gente de América Latina: “Muchos de mis amigos y colegas son de países como Argentina, México, Guatemala, Perú, Hablé en un congreso en Colombia el año pasado y lo que sé con seguridad es que las estrategias son similares porque las personas que lo están haciendo son las mismas. Son las mismas personas de Estados Unidos, de Reino Unido y de diferentes países de la Unión Europea, de todo el mundo occidental”.
“Son las mismas personas, las mismas organizaciones y los mismos financistas. Por lo tanto, lo que hacen es cambiar la ubicación de sus objetivos, pero las personas son las mismas y hacen lo mismo: difundir el aborto y la ideología del aborto. Esto se puede ver claramente cada año cuando nos reunimos en Naciones Unidas, en el mes de marzo, en el evento de la CSW, ‘Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer’. Ahí se puede ver la fuerza y el poder de estos países ricos y cómo tratan de imponer con energía esta ideología particular en los países más pobres y en personas que ellos creen que podrán controlar”.
“Por lo tanto, pienso que hay una estrategia geopolítica en la promoción del aborto a nivel mundial y también pienso que hay una inclinación racista en todo esto. Por ejemplo, en países como Estados Unidos se ve que las organizaciones abortistas apuntan particularmente a las comunidades minoritarias: latinos, estadounidenses negros, africanos que viven allí, y ahí es donde se hace mayoritariamente la campaña”, concluyó la idea.
“Cuando salís al mundo ves que también esos son los países que son atacados, porque somos los más pobres. Existe una mentalidad clasista en la gente que quiere impulsar el aborto. Quieren eliminar a los pobres. Y también hay una cuestión racista, porque las personas negras o morenas están siendo atacadas”, sostuvo la científica.
Para dejar clara su posición, aclara: “El aborto es el paradigma de las promesas vacías y la ONU se ha convertido en el agente que impulsa esta idea así que ya dejó de ser el modelo de superioridad moral y creo que todos deberíamos exponer a la ONU como la organización y conjunto de personas más corruptas sobre la tierra. Están usando a la ONU y es lamentable”.
Fuente: Los Andes