- La ciencia no respalda las recomendaciones universales sobre el uso de tapabocas
- Un artículo de revisión de políticas publicado en mayo de 2020 en ‘Emerging Infectious Diseases’, la revista de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), no encontró evidencia que respalde el uso de tapabocas como medida de protección en entornos comunitarios
- Un metaanálisis y una revisión científica recientes —que se enfocaron en estudios controlados aleatorizados en lugar de estudios observacionales— encontraron que utilizar tapabocas no redujo los casos de influenza o enfermedades similares a la influenza, en comparación con no utilizar tapabocas, ya sea en la población general o entre los trabajadores sanitarios
- Un estudio en los Estados Unidos encontró que, en comparación otros estados del país, los estados que exigen el uso de tapabocas solo experimentaron una reducción del 2 % en las tasas de pruebas positivas por COVID-19
- Otra investigación demuestra que las medidas sobre el uso de tapabocas no han influido en las tasas de infección después de todo, ya que sin importar qué tan estrictas sean o si las personas cumplen con ellas, los casos han aumentado y disminuido más o menos al mismo tiempo
Nueve meses después de la pandemia de COVID-19, sigue el debate sobre el uso del tapabocas. En mi opinión, esto se debe a que las personas detrás de la ciencia que impulsa estas nuevas medidas no están preparadas para hacer este tipo de recomendaciones, además, los medios de comunicación hacen un horrendo trabajo.
Y al final, solo tenemos al Dr. Anthony Fauci con declaraciones como “los datos sobre el uso de tapabocas hablan por sí mismos”, pero no dice que casi todos los estudios que se han publicado hasta la fecha demuestran que el uso universal de tapabocas no evita que las enfermedades virales se propaguen. Creo que una investigación periodística sería la respuesta, el problema es que los medios de comunicación dejaron de hacer su trabajo hace mucho tiempo.
Una cosa es cuando alguien decide confiar en la opinión al momento de tomar alguna decisión sobre su persona. Y otra muy diferente es basarse en una opinión para crear órdenes de salud pública. Pero cuando hablamos de la salud de miles de millones de personas, las decisiones deberían basarse en la ciencia, lo que significa revisar cada parte de la literatura científica.
Un periodista investiga
En el siguiente video, Robert F. Kennedy Jr., fundador de Children’s Health Defense, entrevista al periodista de investigación Jeremy Hammond, quien ha escrito una gran cantidad de artículos sobre política exterior, finanzas, vacunas, y su trabajo más reciente habla sobre las medidas de respuesta a una pandemia.
En la entrevista, revisan una variedad de preguntas, que incluyen: ¿Cómo surgió el SARS-CoV-2? ¿Es posible que sea el resultado de una investigación de ganancia de función? ¿Cuál es el objetivo final de las medidas globales como el confinamiento y el uso de tapabocas? ¿Quieren proteger la salud pública o hay un plan oscuro detrás de todo esto?
Con respecto al uso de tapabocas ¿qué dice la ciencia sobre su efectividad contra las enfermedades virales? ¿Podría el uso de tapabocas tener algún efecto dañino para la salud? ¿Debería el uso de tapabocas también ser obligatorio en niños sin importar que representan un vector significativo de propagación y que su riesgo de sufrir una enfermedad grave por COVID-19 o morir a causa de esta enfermedad es casi nula?
¿Cuáles son las principales consecuencias económicas y sociales del uso de tapabocas? ¿Cuál es el papel de los medios de comunicación en estas medidas sobre el uso de tapabocas obligatorio que socavan la libertad de las personas?
Como señala Kennedy, la táctica más común en estos casos es el consenso científico, ya que, de alguna manera, la ciencia es inequívoca y no suele cuestionarse. Es importante comprender que esto es no tiene sentido. La ciencia está en constante cambio, por esta razón es muy raro llegar a un consenso científico sobre algo, porque una investigación rara vez es unilateral.
¡Es ridículo decir que existe consenso científico sobre este tema cuando gran parte de la evidencia contradice sus argumentos!
Todo esto no es más que gaslighting, un término que se utiliza para describir un tipo de manipulación psicológica que consiste en presentar información falsa de manera sistemática para hacer dudar a la víctima de sí misma. Con el tiempo, la víctima se vuelve incapaz de distinguir entre lo que es cierto y falso y comienza a dudar de sus propias percepciones.
Los tapabocas no nos protegen de esta cruda realidad
Quizás la recomendación menos científica de todas es el uso de tapabocas obligatorio cuando visitamos lugares públicos. Un estudio de rastreo de contactos que analizó 318 brotes de COVID-19 que involucraron al menos a tres personas encontró que solo un incidente se puede rastrear hasta la transmisión al aire libre.
“Al enfocarnos en la atención desmesurada y científicamente injustificada sobre el uso de tapabocas, el uso obligatorio de tapabocas tiene el objetivo involuntario de aceptar la verdad inevitable”, escribe Ladapo en su artículo de opinión del Washington Street Journal.
“En países con transmisión comunitaria activa y sin inmunidad colectiva, el confinamiento no ha ayudado a detener la propagación de COVID-19, así que lo más sostenible y sensato que podemos hacer es aprender a vivir con el virus.
Dejar a un lado el uso de tapabocas obligatorio y adaptarnos a esta nueva realidad de propagación vírica nos ahorrará tiempo y recursos que ayudarán a proteger a las personas más vulnerables…
Hasta que se acepte esta nueva realidad de propagación vírica en Estados Unidos, los líderes políticos seguirán justificándose por mantener cerradas las escuelas y los negocios, lo que evita que los jóvenes tengan la oportunidad de construir su futuro y los priva de las actividades cotidianas que hacían que la vida valiera la pena”.
Las revistas científicas se niegan a publicar un estudio que muestra la ineficacia de los tapabocas
La evidencia más reciente, que nos ayudaría a terminar con todo este debate sobre el uso de tapabocas, es un ensayo controlado aleatorizado danés de 6000 personas que tenía como objetivo demostrar la eficacia del uso de tapabocas contra la infección por COVID-19. Pero parece que no se obtuvieron los resultados que esperaban porque los investigadores no pudieron publicar su trabajo.
Según los investigadores, el estudio se publicará tan pronto como “alguien se atreva a hacerlo”. Y si consideramos que el argumento en contra del uso de tapabocas ha carecido de evidencia, entonces si este ensayo específico de COVID-19 demuestra que funciona, ¿por qué las revistas se negarían a publicarlo?
Un hilo de Twitter por Alex Berenson, un exreportero del New York Times habla sobre esta controversia. Una traducción superficial del estudio, que actualmente solo está disponible en alemán, revela que el estudio descubrió que cuando las personas no utilizan el tapabocas de forma correcta, se tocan la cara y no se lavan las manos podrían exponerse decenas de millones de contaminaciones todos los días.
Por esta razón, el uso universal de tapabocas puede producir más daños que beneficios. Está claro que este tipo de información debería difundirse al público en general, pero las revistas médicas no permiten que eso suceda. Según informa el CEBM, hay varios ensayos registrados en los que se busca evaluar la efectividad de varios tapabocas contra el COVID-19. El tiempo dirá cuáles serán los resultados y si alguna vez los conoceremos.
Peligros relacionados con el uso de tapabocas que se mantiene en secreto
Kennedy y Hammond también analizan la evidencia que sugiere que el uso crónico de tapabocas tiene sus riesgos y puede provocar otros efectos dañinos, como:
Daño pulmonar y consecuencias patológicas por inhalar fibras del tapabocas. Un artículo que aún no se ha sometido a revisión por pares sugiere que las fibras del tapabocas pueden representar un riesgo para la salud cuando se inhalan. De acuerdo con los autores:
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| Intensificar los ataques de asma: los plásticos con los que se fabrican los tapabocas representan otro problema potencial. Por ejemplo, los tapabocas quirúrgicos están hechos de plásticos como el polipropileno, que provoca asma. Si tiene asma, utilizar tapabocas podría empeorar su condición. |
Dentistas de todo el mundo han advertido sobre los problemas de higiene dental (caries, recesión de la línea de las encías y mal aliento potente) que se relacionan con el uso de tapabocas. El Dr. Rob Ramondi, dentista y cofundador de One Manhattan Dental dijo para New York Post:
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| Quejas relacionadas con la hipoxia como fatiga, dolores de cabeza, dificultad para respirar y ansiedad. |
| Mayor riesgo de infección. Según el Dr. Russel Blaylock, los tapabocas “representan graves riesgos para la salud de las personas sanas”, ya que pueden provocar una concentración de virus en las fosas nasales donde pueden “entrar en los nervios olfativos y viajar al cerebro”. Tocarse la cara y el tapabocas con mucha frecuencia, también puede aumentar el riesgo de infección. |
La mayoría de las personas que dan positivo a la prueba del COVID-19 también son las que más utilizan tapabocas
Para concluir, un análisis reciente de los CDC revela que el 85 % de los pacientes que dieron positivo a la prueba del COVID-19 reportaron que utilizaron su tapabocas “con frecuencia” o “siempre” durante las dos semanas antes de realizarse la prueba. No es un ensayo controlado aleatorizado, que es el estándar de oro, pero nos dice que, en general, los tapabocas no parecen ofrecer una muy buena protección. Si lo hicieran, la infección no afectaría a las personas que los utilizan.
Mientras tanto, las medidas sobre el uso de tapabocas obligatorio nos despojan de nuestra soberanía personal y nuestra humanidad. Como señaló Hammond, no parece importarles si estas medidas tienen sentido o no, más bien parece que lo que quieren es enseñarnos a seguir órdenes.
Todo esto se trata de obedecer, por desgracia, hay algunos que no saben mucho sobre ciencia e incitan el uso de la tecnocracia al tratar de hacer quedar mal a quienes no obedecen.
Es probable que en un futuro remplacen está medida de tapabocas obligatorio por la de vacuna obligatoria. Para entonces, es posible que muchos estén dispuestos a hacer casi cualquier cosa, solo para dejar de utilizar el tapabocas.
Lo invito a leer sobre las muchas preguntas relacionadas con las vacunas para el COVID-19 antes de tomar una decisión. En general, parece que la mejor opción es dejar de utilizar el tapabocas.
Fuente: Mercola.com
