Recientemente, se conoció que, desde el gobierno nacional, adquirirán millones de dosis entre diciembre y enero a través de un pacto comercial con Rusia.
Ante esta situación, lo más preocupante es que la vacuna no especifica el contenido, ni tampoco el laboratorio que la hizo. Lamentablemente, esto significa que no se va a hacer él, ni los laboratorios, ni nadie se va a hacer cargo de las vidas de las personas que se sometan a esta vacuna. Los principales destinatarios que tendrán prioridad, serán los pacientes de riesgo, comprendidos desde los 60 años en adelante.
Por último, es alarmante lo que se pretende con estas acciones, dejando a un lado el apoyo a la industria argentina y valorando lo extranjero de procedencia desconocida, y exponiendo con mucho riesgo a la salud de los millones de argentinos.
