La gripe estacional en el hemisferio sur ha desaparecido prácticamente en 2020. A diferencia de cada año, Australia, Argentina, Sudáfrica y Chile, entre otros, apenas han tenido casos este invierno. Los gobiernos de todo el mundo han aplicado duras restricciones para combatir el coronavirus. Al hacerlo, los países del hemisferio sur no solo han reducido su expansión, sino que también han detenido la proliferación de la gripe.
En las dos primeras semanas de agosto, la Organización Mundial de la Salud procesó 200.000 test de la gripe, y solo encontró 46 positivos. En un año normal, el número estaría cerca de los 3.500. En Argentina, el Sistema de vigilancia y respuesta global de la OMS registró una media de 4.400 casos de mayo a agosto de 2015 a 2019. En 2020 han sido 53. En Chile, de 3.600 positivos de media en ese periodo en los cinco años anteriores se ha pasado a seis este año. La misma situación se ha dado en Sudáfrica: de una media de 910 se ha pasado a tan solo un positivo de virus de la gripe en 2020.
Estas cifras no recogen el total de casos, sino las muestras de laboratorio analizadas y remitidas al Sistema de vigilancia y respuesta global de la OMS.
Así, en Australia, según recoge la muestra de la OMS, de una media de 4.700 positivos en el virus de la gripe entre los meses de mayo a agosto de los años 2015 a 2019 se ha pasado a tan solo cuatro en 2020. Las cifras totales recogidas por las autoridades sanitarias australianas para esos periodos son 86.000 casos de media entre mayo y agosto de 2015 a 2019, y 627 contagiados en el mismo periodo de 2020.
Los casos de gripe todavía pueden subir este año y el próximo, puesto que poca gente ha desarrollado inmunidad. Mientras tanto, los países del hemisferio norte pueden esperar menos casos importados del extranjero, y, con la mayor distancia social y otras medidas contra el coronavirus, podrían reducir también sus casos de gripe. Una buena noticia contra un virus que mata anualmente entre 300.000 y 650.000 personas en todo el mundo.