La vicepresidente Gabriela Michetti firmó un decreto que anuló el intercambio de tickets aéreos por efectivo. El efecto de una medida que cayó mal en el Parlamento
El malestar es inocultable.
“Lo hay. Pero más que nada porque son medidas inconsultas y notificadas casi después que a los medios, en un tema que genera debates desagradables”, asegura una senadora de la oposición que, como resalta, casi que se enteró por la prensa del decreto con el que Gabriela Michetti eliminó el canje de pasajes por dinero, un bonus con el que los legisladores contaban hasta ahora desde épocas inmemorables.
La furia de la oposición, sin embargo, tiene su propio correlato en el bloque oficialista, donde aún no logran descifrar el por qué de la resolución en un tema que había salido de la agenda, a pesar de que este medio había revelado en marzo el “Festival” de canje de pasajes en la Cámara Alta, que podía llegar a rondar por encima de los $91 mil por senador.
“Están todos re contra re calientes”, remarcaban esta mañana desde el despacho de un senador del oficialismo.
El mayor malestar en los pasillos del Senado se fundamenta no tanto en la raíz del problema, que muy por lo bajo reconocen que había que ordenar o transparentar, si no por la forma. Y por los tiempos.
“Luego de un exhaustivo análisis acerca del funcionamiento del nuevo régimen dispuesto en esa Cámara (Diputados), esta Presidencia considera necesario adoptar idéntico sistema toda vez que el mismo permite una mejor asignación funcional de los recursos disponibles para ello, a la vez que garantiza una mayor transparencia de los dineros públicos”, escribió la vicepresidenta en la resolución en la que ofrece diversas opciones para la recepción de pasajes aéreos y terrestres y gastos de movilidad.