El sábado, los argentinos nos despertamos con la noticia de que por redes sociales la senadora nacional Cristina Fernandez de Kirchner lanzó la fórmula que competirá por la presidencia de la Nación en el 2019.
Muchos, propios y extraños, no podían caer en cuenta por la impresión de la bomba que había lanzado Cristina. Ella acompañaría como vice presidenta a Alberto Fernández.
El mes de mayo puede ser considerado el explosivo K, desde la presentación del tan aclamado libro “Sinceramente” copando la Rural hasta la sorpresiva presencia de CFK en la cumbre del PJ, después de muchos años de ausencia.
Hoy 18 de mayo celebramos un nuevo aniversario de la creación de la escarapela, no es de pensar que fue coincidencia que se haya elegido esta fecha para el anuncio, ya que la inteligencia y sagacidad de Cristina Kirchner es por demás conocida y admirada, por adeptos y opositores.
Alberto Fernández fue jefe de gabinete de CFK y luego se produjo un alejamiento que pocos entendieron en su momento. Alberto hizo alianzas con Randazzo y Massa en contra de Cristina en las elecciones a presidente en 2015, hablando pestes de la actual senadora.
Pero esto es política y en la Cumbre del Pj, Alberto Fernández manifestó “tenemos que estar todos unidos y respetar un acuerdo básico de que país queremos y tienen que estar todos“.
Añadiendo que “esa aventura la jugamos todos, los que creímos que habían 3 vías todos hicimos nuestra aventura más consciente o con soberbia“. Además Fernández no le hizo escape a la realidad y pidió coherencia y tolerancia entre todos los sectores para que la alternativa no fuese Macri.
Lo más curioso pero también revelador para sanar disidencias fue al decir que “entre nosotros nos dijimos cosas horribles y es difícil olvidar pero hay que olvidar y hacer cuenta nueva“.
Después de que la Corte Suprema confirmara que el juicio contra Cristina Fernández de Kirchner no se suspendía y los diarios del país esperan la fotos de la senadora en el banquillo de los acusados, era de esperar que la jugada política no seria terminada sino por su protagonista.