Un incendio de grandes proporciones destruyó varios rascacielos residenciales en el distrito Tai Po de Hong Kong, provocando al menos 83 fallecidos y dejando a cientos de personas desaparecidas.
Más de 700 bomberos fueron movilizados para controlar el fuego, que comenzó el miércoles por la tarde. Las imágenes del lugar mostraban columnas de humo gris y llamas que se elevaban desde los pisos superiores, mientras los edificios dominaban el horizonte de la ciudad.
Entre los fallecidos se encuentra un bombero de 37 años, encontrado inconsciente en el lugar tras perder contacto durante las labores de rescate. La intensidad del calor y los escombros dificultaron la intervención de los equipos de emergencia.
El fuego se propagó rápidamente por los andamios de bambú que cubrían los edificios, los cuales estaban en remodelación. La policía detuvo a dos directores y a un consultor de la empresa responsable de las obras por “negligencia grave”. Se encontraron paneles de poliestireno obstruyendo ventanas, y se sospecha que este tipo de materiales contribuyó a la rápida expansión de las llamas.
El complejo Wang Fuk Court, construido en 1983, consta de ocho torres con 1.984 departamentos que albergan alrededor de 4.600 residentes. Siete de los bloques resultaron afectados por el incendio. No se sabe con exactitud cuántas personas estaban dentro de los edificios, aunque se estima que la mayoría logró evacuar.
Varios residentes señalaron que las alarmas contra incendios no funcionaron y que, al quedar fuera de servicio los ascensores, muchos encontraron dificultades para salir. También se reportaron explosiones dentro de los edificios, y las mangueras de los bomberos no alcanzaban con facilidad los pisos superiores de las torres de 31 niveles.
Las autoridades evacuaron edificios cercanos y habilitaron refugios temporales, mientras que se cerraron calles y se desviaron más de 30 líneas de autobús en la zona.
El uso de andamios de bambú, tradicional en Hong Kong, es uno de los factores de riesgo que se señala para la propagación del fuego. Aunque son resistentes y ligeros, el gobierno ha intentado reemplazarlos por estructuras metálicas debido a motivos de seguridad.
Se trata del incendio de nivel cinco más grave en Hong Kong en 17 años; el último ocurrió en un edificio de 1962, que dejó cuatro muertos.
