Apenas unas semanas después de que el gobierno nacional presente la decisión administrativa 1/2025, que limita las negociaciones salariales y el gasto público, Martín Menem se despachó con una polémica licitación que apunta en dirección contraria a la mentada motosierra. Lujos para una “casta” que pareciera cada día más cómoda con LLA.
La Cámara de Diputados de la Nación ha generado polémica al llevar adelante una licitación pública para la “adquisición de insumos de cafetería con provisión de máquinas express en comodato gratuito para la HCDN”. La compulsa, identificada como la licitación pública 17/2024, resultó en una erogación de 178.617.700 pesos, con la posibilidad de prórroga que aumentaría aún más el gasto.
Solo una empresa, Cafés Muiño SRL, se presentó a la apertura de ofertas, ofertando los 178 millones garantizando su propuesta con una póliza de 9 millones de pesos. Este hecho ha llamado la atención debido a que se desarrolla en un contexto de ajuste y reducción del gasto público promovido por el gobierno nacional.
Resulta contradictorio que Martín Menem impulse esta licitación se celebre mientras el gobierno ha publicado la decisión administrativa 1/2025, que prorroga los lineamientos de austeridad para la negociación salarial en el sector público nacional. La normativa establece que es indispensable continuar en el camino de la reducción del gasto público, afectando directamente la recomposición de los ingresos de los trabajadores estatales.
De acuerdo con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), los empleados estatales han sufrido una pérdida del 40 por ciento de su poder adquisitivo durante el gobierno de Javier Milei. La inflación acumulada en este período ha sido del 112 por ciento, mientras que los aumentos salariales apenas alcanzaron el 73 por ciento.
Asimismo, el gobierno estableció recientemente un nuevo Salario Mínimo, Vital y Móvil de 296.832 pesos a partir de marzo, lo que representa un incremento del 9,3 por ciento. Este ajuste fue impuesto por decreto ante la falta de acuerdo con los gremios, quienes exigían un monto acorde con la inflación y la crisis económica.
Mientras se imponen restricciones salariales y ajustes en el sector público, la millonaria erogación en café para los diputados resulta difícil de justificar. Este gasto pone en evidencia las contradicciones del discurso oficial, que pregona austeridad, pero mantiene privilegios dentro de las estructuras del poder legislativo.
Fuente realpolitik