Presentarán un pedido de inconstitucionalidad de la legalización del aborto.
Para el letrado Santiago Pedroza, es preciso hacer una reforma constitucional dado que los pactos internacionales indican que la concepción se da desde el momento que el óvulo es fertilizado por el espermatozoide. Al ser consultado por el artículo 86 del Código Penal de la Nación que permite el aborto en algunas circunstancias, aseguró que “la ley siempre permite excepciones”.
“Se determina que la concepción es el momento en el cual se une el espermatozoide con el óvulo y surge un tercer individuo, después discutiremos si es persona o no es persona. Discutimos que el tratamiento es inconstitucional, se lo hacemos saber a la vicepresidenta de la Nación a través de una carta documento”, disparó Pedroza.
Pasado el optimismo inercial por la votación en Diputados, algunos de los impulsores de la despenalización del aborto empiezan a advertir que el trámite no sería sencillo en el Senado. Ponen sus fichas en la aprobación de la iniciativa, pero computan el intento de dilatar el tratamiento –para amortiguar el efecto de la “media” sanción- y la dura reacción del papa Francisco. Esto último no sería sólo una cuestión de puras declaraciones, sino más bien el anticipo de una renovada presión en cada provincia sobre sus legisladores.
La reacción del Papa sorprendió por su tono y por su contenido a dirigentes que suelen mantener relación con integrantes del Episcopado. “La respuesta de la Iglesia ha sido razonable, diría que moderada, además del natural rechazo”, señalaba el día de la aprobación en Diputados un dirigente peronista que fue funcionario de la ex presidente y conoce ese paño. No imaginaba vehemencia, sino palabras cuidadas, entre otras razones frente al “apoyo de los jóvenes” al proyecto. Casi una explicación táctica.
Y un ex legislador radical, que trabajó activamente por la despenalización, advertía que el camino que se abría en el Senado sería áspero, a contramano de los pronósticos sobre un andar más o menos garantizado, y evaluaba una respuesta muy activa de sectores religiosos, aunque menos sonora.
