En un operativo digno de una película policial, el equipo de Rentas y Bromatología de Rosario de Lerma, conocido popularmente como “Los Intocables”, desmanteló una de las maniobras llamativa de adulteración alimentaria en la región. Una conocida distribuidora y fraccionadora, que operaba en pleno centro de la ciudad desde hace más de una década, fue clausurada tras descubrirse que comercializaba sémola teñida para hacerla pasar por pimentón. Este producto fraudulento era distribuido masivamente a comercios de toda la provincia, representando un riesgo potencial para la salud de los consumidores.
El hallazgo se produjo gracias a una serie de denuncias de vecinos que alertaron sobre las condiciones insalubres y el ruido constante proveniente del establecimiento. Según fuentes, los agentes de Bromatología habían estado investigando la distribuidora durante semanas tras recibir múltiples quejas por parte de residentes del barrio, quienes notaron un aumento en la actividad nocturna en el local.
Esto llevó al equipo a montar un operativo, que terminó destapando un escándalo de proporciones alarmantes.
Al ingresar al establecimiento, los inspectores se encontraron con un escenario caótico: grandes recipientes de sémola teñidos con un aditivo rojo no identificado, maquinaria en evidente estado de abandono y bolsas apiladas en condiciones insalubres. El producto adulterado, que mezclaba sémola teñida con una pequeña cantidad de pimentón real, era envasado y etiquetado como pimentón de alta calidad, para luego ser distribuido a pequeños comercios y mercados de la provincia.
“Entre los tantos operativos que realizamos para cuidar la salud del consumidor, nos encontramos con un local de molienda de especias en condiciones deplorables. Al principio, solo habíamos emitido un llamado de atención por las condiciones insalubres, pero cuando volvimos al otro día, descubrimos esta maniobra irregular para modificar un producto esencial en la dieta de los salteños”, comentó Guaimas.
Apertura de una causa penal
Marcela Guaimás, jefa de Bromatología, detalló que los inspectores encontraron productos adulterados en recipientes plásticos sucios, algunos de los cuales ya estaban listos para su distribución. “Esta maniobra está al margen de la ley y no sabemos qué tan nocivo puede ser el aditivo utilizado. Clausuramos el lugar y hemos iniciado una investigación para determinar la composición de estos productos. Si se confirma que son tóxicos, el caso será remitido a la justicia para que los responsables rindan cuentas”, añadió.
Las autoridades sanitarias locales han expresado su preocupación por el posible impacto que este producto adulterado podría tener en la salud de los consumidores, especialmente en un contexto donde el pimentón es ampliamente utilizado en la cocina salteña y argentina en general.
Sanciones severas
Mientras se esperan los resultados de los análisis de laboratorio para determinar si las sustancias empleadas eran tóxicas, las autoridades municipales adelantaron que las sanciones podrían ser severas. Estas incluyen multas que van desde $6.000 hasta $4.000.000, además de la clausura definitiva del establecimiento. No se descarta la apertura de una causa penal si se confirma que el producto adulterado representaba un riesgo grave para la salud pública.
La indignación entre los residentes de Rosario de Lerma ha crecido a medida que se conocen más detalles del caso. Según fuentes cercanas a la investigación, la distribuidora había operado sin controles significativos durante años, aprovechando la falta de fiscalización en el rubro alimentario. Las autoridades no descartan la posibilidad de que haya otras empresas o comerciantes involucrados en la cadena de distribución de este producto fraudulento.
La intervención de “Los Intocables” no solo logró desbaratar esta peligrosa maniobra, sino que también expuso las serias irregularidades que persisten en el control de los alimentos.
El impacto del pimentón en la región
El pimentón salteño tiene un lugar destacado en la gastronomía argentina y su adulteración afecta directamente a productores y consumidores por igual. Según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), produce cerca de 800 mil kilos de pimiento destinados específicamente a la elaboración de pimentón, mientras que el consumo interno total alcanza los 5 millones de kilos.
De esta producción, un 20% se destina a la industria alimentaria, mientras que el 80% restante es procesado de forma artesanal por pequeños productores, quienes dependen de este mercado para subsistir. La cadena de valor incluye a numerosos acopiadores que distribuyen el pimiento seco en el mercado nacional. Esta industria es un motor clave para la economía.
Ante la situación, las autoridades han recomendado a los consumidores que verifiquen la procedencia del pimentón y que denuncien cualquier irregularidad.
